Sinceramente, he leído todas y cada una de las respuestas. Y creo, que todas son correctas, teniendo en cuenta que cada persona es un mundo aparte y en el proceso de la vida, cada quien va a ir valorando más o menos según sus necesidades, creencias y espectativas.
Cada cual, dará importancia a un rasgo más que a otros.
Unos necesitan química, o una conexión, sin embargo esa química tiene fecha de caducidad. Otros le darán importancia a físico, pero solo lo obtendrán por un tiempo, que precisamente no tiene que ser largo y ni corto. Este irá en dependencia del interés personal de cada cual en ese momento en ese momento en específico. Otros darán importancia a la personalidad que es más perdurable en el tiempo, y a pesar de que no cambia, se va moldeando y modificando según nuestra evolución personal, la percepción de cada quien, teniendo en cuenta demasiados factores y no está mal. Es totalmente aceptable moldearse según la interpretación de cada estímulo, porque para eso son, para hacernos adaptables y de ahi se moverán los límites de un lado a otro según dichos factores.
Por otro lado, decir que hay un poco de errores conceptuales y debo decir que a pesar de no tener la exacta respuesta, conocido con la de
dan^^ , sin embargo, coincido con todas.
No obstante, conocimiento no es inteligencia, ni viceversa. La mejor historia de relaciones interpersonales es aquella que nos haga sentir bien, a pesar de los fallos y virtudes de cada cual, porque para eso somos humanos. Tener faltas de ortografía puede ser desagradable, sin embargo no te exime de dar un buen subidón de hormonas y mucho menos te incapacita para debatir de un tema interesante o que seas muy bueno en cierto ámbito o en varios. Y no tenerlas no te hace ni inteligente ni con conocimiento de causa.
Pero en contradicción, las cosas no funcionan como esperamos. Cada cual tiene un prototipo, ya sea de personalidad, físico y conocimientos, inteligencia, habilidades sociales y de conquista.
Donde entra la contradicción? Cuando te das cuenta que "tu bodeguero es bueno en matemáticas, y muy buena persona" pero no entrara por tema físico en tu escala, y aunque lo hubieras conocido a través de una pantalla no llegarás a nada con él. Cuando vas al agro, y ves un dependiente que cumple con tu prototipo de físico pero "cuando lo escuchas hablar o proyectarse tampoco entra en tu escala de persona a admirar. Que nadie se engañe, en el amor o el enamoramiento se necesita la admiración. Algo te tiene que llamar la atención, pero eso puede romperse muy fácilmente. Luego está la "química" y sin embargo, pasado un tiempo se desgasta, cuando percibes que no es lo que esperabas, o que te duele o te decepciona porque no esperabas algo o simplemente se murió. Todas estas cosas pueden pasar.
Ahora, hablando de mí, creo que todo es un proceso, y para mí vale todo. De todo un poco. En la justa medida, por ejemplo, desde el principio necesito sex appeal mental y no solo mental. Luego necesito la química, el físico, la habilidades sociales, inteligencia y el conocimiento para poder debatir de un tema en específico, y por último la personalidad.
Cada uno en su momento, cada uno en una dosis no perfecta para el mundo sino para mí. Y de esa manera estás serían las preferencias que objetivamente pueden irse moviendo según mis necesidades, mis espectativas y la valoración que en cada momento le dé a cada una de ellas.
Sin embargo, no puedo hacer nada si no me gustas físicamente, no importa si es modelo o no, simplemente no voy a tener nada con alguien no me atrae físicamente, porque mentirme, y la personalidad, por supuesto que es importante. No permaneceré junto a una persona que al menos tenga un % de compatibilidad conmigo, no podría estar con un psicópata, pero tampoco con alguien que su personalidad no sea digna de mi admiración, y con esto no significa que tenga que tener igualdad nde criterios.
La diversidad es lo que nos hace ricos y especiales.
X otra parte, a mi entender, la mejor historia de amor, la historia de amor perfecta es aquella que se escribe sobre errores, que se van rectificando. Porque nadie es perfecto.