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¿Valdrá la pena?
Imagínate tener la capacidad de apagar los sentimiento, de poder eliminar las emociones que nos carcomen... ¿Valdría la pena vivir una vida así?
La fobia a sufrir. Más que una enfermedad, casi podemos hablar de epidemia por la cantidad de casos que empezamos a ver en nuestra sociedad.
Porque admitámoslo, es algo generalizado: ya no se permite a uno estar triste, enseguida se le cataloga de deprimido. Ni tampoco ser nervioso sino ansioso. Toda emoción que produzca cierto malestar tiene su propio nombre en versión enfermedad (y por supuesto, su correspondiente pastilla).
Así que es comprensible que cada vez haya más gente con esta fobia a sufrir, porque sufrir significa estar enfermo y a nadie le gusta estar enfermo ¿verdad?
Las personas con fobia a sufrir temen tanto pasarlo mal que emprenden una huida hacia delante que, les conduce directamente a las fauces del sufrimiento.
Las vías de huida pueden ser varias, cada persona encuentra la suya pero todas conducen al mismo final: el sufrimiento.
fobia-sufrir
Porque la fobia a sufrir no es como una fobia cualquiera. Si por ejemplo, alguien le tiene pánico a los perros, podrá encerrarse en casa para no ver ninguno. Que no es una solución sana, es cierto, pero al menos evitan ver perros.
Sin embargo, para el sufrimiento no hay huida posible. Algunos dirán que con medicación se puede conseguir pero no es más que un espejismo, una anestesia artificial que termina por provocar otro tipo de sufrimiento diferente.
Lo bueno de esto es que las personas aquejadas de esta enfermedad no les va a quedar otra que curarse.
¿Y cómo se hace eso? En realidad, las fobias, sean del tipo que sean, se superan todas de la misma manera: enfrentándose a ellas. Lo malo es que a ningún paciente con fobia le gusta oír eso: saber que para curarse van a tener que pasarlo mal.
Imagínate a una persona con fobia a sufrir, esto es doblemente doloroso. Van a tener que enfrentarse al sufrimiento para poder lograr enfrentarse al sufrimiento. Es duro ¿verdad?
Bueno, no decimos que sea fácil pero sí que no es imposible y cuando tenemos a un paciente delante con estas características intentamos que sufra dentro de sus posibilidades para que vaya poco a poco tomando conciencia de que es su problema.
Imagínate tener la capacidad de apagar los sentimiento, de poder eliminar las emociones que nos carcomen... ¿Valdría la pena vivir una vida así?
La fobia a sufrir. Más que una enfermedad, casi podemos hablar de epidemia por la cantidad de casos que empezamos a ver en nuestra sociedad.
Porque admitámoslo, es algo generalizado: ya no se permite a uno estar triste, enseguida se le cataloga de deprimido. Ni tampoco ser nervioso sino ansioso. Toda emoción que produzca cierto malestar tiene su propio nombre en versión enfermedad (y por supuesto, su correspondiente pastilla).
Así que es comprensible que cada vez haya más gente con esta fobia a sufrir, porque sufrir significa estar enfermo y a nadie le gusta estar enfermo ¿verdad?
Las personas con fobia a sufrir temen tanto pasarlo mal que emprenden una huida hacia delante que, les conduce directamente a las fauces del sufrimiento.
Las vías de huida pueden ser varias, cada persona encuentra la suya pero todas conducen al mismo final: el sufrimiento.
fobia-sufrir
Porque la fobia a sufrir no es como una fobia cualquiera. Si por ejemplo, alguien le tiene pánico a los perros, podrá encerrarse en casa para no ver ninguno. Que no es una solución sana, es cierto, pero al menos evitan ver perros.
Sin embargo, para el sufrimiento no hay huida posible. Algunos dirán que con medicación se puede conseguir pero no es más que un espejismo, una anestesia artificial que termina por provocar otro tipo de sufrimiento diferente.
Lo bueno de esto es que las personas aquejadas de esta enfermedad no les va a quedar otra que curarse.
¿Y cómo se hace eso? En realidad, las fobias, sean del tipo que sean, se superan todas de la misma manera: enfrentándose a ellas. Lo malo es que a ningún paciente con fobia le gusta oír eso: saber que para curarse van a tener que pasarlo mal.
Imagínate a una persona con fobia a sufrir, esto es doblemente doloroso. Van a tener que enfrentarse al sufrimiento para poder lograr enfrentarse al sufrimiento. Es duro ¿verdad?
Bueno, no decimos que sea fácil pero sí que no es imposible y cuando tenemos a un paciente delante con estas características intentamos que sufra dentro de sus posibilidades para que vaya poco a poco tomando conciencia de que es su problema.