Dicen que aprendemos a golpes, y a veces algunos más duros que otros. En términos de amistad, soy muy particular. No a todos llamo "amigo/a", y los que caen en esa "categoría" es porque han probado que de verdad lo merecen.
Alguien dirá que pongo a prueba a la gente, y que igual no está bien. Bueno, à esa gente obviamente nunca le ha pasado que alguien cercano lo traicione, o que se quede sin responder cuando más necesitas de su apoyo.
Se supone que los amigos sean tu segunda familia, esa que puedes elegir, ya que la de sangre te tocó sin mucho miramiento.
Si puedo elegirlos, ¿por qué habría de hacerlo a personas que, claramente, no me reportarán un bien? No en términos materiales per se, simplemente en términos donde no tenga que estar cuidandome las espaldas todo el tiempo.
Si hay un mal paso en una amistad, quizá no llegue al nivel de traición, pero definitivamente el vínculo no será igual. Si llega a una acción que perjudica mi persona, a esa la saco automáticamente de mi vida. Hay que valorarse, no? Para falsos amigos ya existen las palabras. No necesitas à las personas.