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Normalmente analizo un juego después de terminarlo, pero no creo que eso vaya a pasar por un buen tiempo, ya que estoy bastante saturado de este estilo de Zelda "mundo abierto", y más, que lo empecé después de rejugar Breath of the Wild.
Gráficos:
Utiliza el mismo motor de Breath of the Wild, y aunque mejora alguna que otra animación, a nivel técnico es prácticamente igual al anterior, con sus caídas de frames incluídas.
Música:
Sigo teniendo el mismo problema que tuve con Breath of the Wild en este apartado. La banda sonora de estos juegos es anecdótica, en algún que otro momento puedes escuchar de manera leve alguna melodía clásica, pero hasta ahí, la música de estos juegos es demasiado ambiental y carece de la epicidad que acostumbra la saga.
Historia:
Por un lado es más directa que la de Breath of the Wild, aunque Rauru en este juego sea un furro. Es una fumada que incluye un viaje en el tiempo de Zelda. Su error es que ignora gran parte del contenido de su precuela, hasta tal punto que las bestias divinas, pues no se sabe que sucedió con ellas, y prácticamente ni se mencionan.
Jugabilidad:
Esta vez el juego se desarrolla en 3 mapas, Hyrule (mismo mapa de Breath of the Wild), las islas en el cielo, y el subsuelo (similar al de Elden Ring). Link está bastante nerfeado, las armas son más shit que en el anterior, esta vez no tienes bombas infinitas, tienes que farmearlas (un coñazo), y, aunque tiene más zonas para explorar, estas siguen estando vacías. El punto fuerte de este juego son los artefactos Zonan, donde básicamente puedes construir el dispositivo que te de la gana y hacerlo funcionar, no es broma, puedes construir tanques de guerra, naves espaciales, en fin, este juego tiene las mejores físicas vistas en un videojuego en la historia. Ahora, todo eso de la construcción viene bien en un juego como Minecraft, pero en Zelda? Serio? Se mantienen los santuarios, la recolección de Kolog (vamos, lo mismo que hiciste en el juego anterior), la estructura de la historia principal es la misma de BotW, vas a una aldea, resuelves un problema, y al templo. Al final, este juego lo sentí más como una expansión de Breath of the Wild que un juego nuevo en si.
Conclusión:
Aunque Tears of the Kingdom es un buen juego, se siente más de lo mismo, le siguen faltando grandes mazmorras, algo habitual en la saga, le sigue faltando una banda sonora épica, sigue teniendo la molesta gestión de las armas frágiles (aunque aquí te dejan fusionar una espada con una piedra XD), me sigue sobrando más de la mitad del mapa, en fin, que para mi esta saga se aleja cada vez más de lo que es un The Legend of Zelda.
Gráficos:
Utiliza el mismo motor de Breath of the Wild, y aunque mejora alguna que otra animación, a nivel técnico es prácticamente igual al anterior, con sus caídas de frames incluídas.
Música:
Sigo teniendo el mismo problema que tuve con Breath of the Wild en este apartado. La banda sonora de estos juegos es anecdótica, en algún que otro momento puedes escuchar de manera leve alguna melodía clásica, pero hasta ahí, la música de estos juegos es demasiado ambiental y carece de la epicidad que acostumbra la saga.
Historia:
Por un lado es más directa que la de Breath of the Wild, aunque Rauru en este juego sea un furro. Es una fumada que incluye un viaje en el tiempo de Zelda. Su error es que ignora gran parte del contenido de su precuela, hasta tal punto que las bestias divinas, pues no se sabe que sucedió con ellas, y prácticamente ni se mencionan.
Jugabilidad:
Esta vez el juego se desarrolla en 3 mapas, Hyrule (mismo mapa de Breath of the Wild), las islas en el cielo, y el subsuelo (similar al de Elden Ring). Link está bastante nerfeado, las armas son más shit que en el anterior, esta vez no tienes bombas infinitas, tienes que farmearlas (un coñazo), y, aunque tiene más zonas para explorar, estas siguen estando vacías. El punto fuerte de este juego son los artefactos Zonan, donde básicamente puedes construir el dispositivo que te de la gana y hacerlo funcionar, no es broma, puedes construir tanques de guerra, naves espaciales, en fin, este juego tiene las mejores físicas vistas en un videojuego en la historia. Ahora, todo eso de la construcción viene bien en un juego como Minecraft, pero en Zelda? Serio? Se mantienen los santuarios, la recolección de Kolog (vamos, lo mismo que hiciste en el juego anterior), la estructura de la historia principal es la misma de BotW, vas a una aldea, resuelves un problema, y al templo. Al final, este juego lo sentí más como una expansión de Breath of the Wild que un juego nuevo en si.
Conclusión:
Aunque Tears of the Kingdom es un buen juego, se siente más de lo mismo, le siguen faltando grandes mazmorras, algo habitual en la saga, le sigue faltando una banda sonora épica, sigue teniendo la molesta gestión de las armas frágiles (aunque aquí te dejan fusionar una espada con una piedra XD), me sigue sobrando más de la mitad del mapa, en fin, que para mi esta saga se aleja cada vez más de lo que es un The Legend of Zelda.