Lady Jaina Valiente
Nivel 4
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Cuantas veces lo hemos dicho o escuchado: “te mando buenas vibras”, pero en realidad que es lo que significa esto, tantas frases relacionadas en nuestro día a día: “ese tipo me da mala vibra”, “el ambiente está muy pesado, había malas vibras”, a esto sumamos que hablamos de la energía, como lo mismo.
Si bien es cierto, estas expresiones las escucha un científico, un físico, nos dirá que al decirlas no saben a qué nos referimos, incluso nos dirá que usamos los términos energía y vibración, como sinónimos. La energía es la capacidad que tienen los cuerpos de hacer un trabajo. No existe la energía positiva o negativa, la energía no tiene signo, al igual que la vibración, se refiere a la frecuencia y tampoco tiene signo. Nos preguntarán— ¿de cuántos joule estamos hablando?, cuando nos escuche por ejemplo decir —este lugar se siente mucha energía, cuando vamos a uno de los lugares, como Machu Picchu.
Para mi caso, dejo de lado el tema científico, seguro en algún momento se pueda explicar en ese campo, por ahora solo nos moveremos en el campo esotérico. Buscando sobre el tema de la vibración, partiendo de que todo está en movimiento, todo tiene una frecuencia, hasta los pensamientos. Hablamos de personas que vibran muy alto, aquellas que tienen pensamientos de amor, compasión, felicidad, al ser así, atraes a personas con los mismos pensamientos. Mientras las personas que sus pensamientos se basan en odio, envidia, rencor, depresión, vibran muy bajo, atraen a personas similares. Todas estas vibraciones van hasta el universo y rebota multiplicado, es por eso que personas con muy buena vibración, ayudan y contagian a las personas a su alrededor.
Me recomendaron para que leyera un libro: “Los cuatro acuerdos”, estos fueron impartidos por una cultura civilización mexicana muy antigua, los toltecas; el autor de este libro es el Dr. Miguel Ruiz. ¿Que es lo que dicen estos cuatro acuerdos?, que nos pueda llevar a una vibración alta.
Primer acuerdo.- “Se impecable con tus palabras”. Debemos cuidar las cosas que decimos, nuestras palabras son muy poderosas, esto va hacer que juegue en favor o en contra nuestro. Veamos lo que nos pasa siempre, nosotros estamos acostumbrados a pensar siempre en lo malo, a suponer cosas, por ejemplo en casa, a nuestro hijo le habíamos dicho que no debería usar la computadora para los juegos, que solo lo podría usar los fines de semanas y de acuerdo a un horario los demás días. Venimos del trabajo, no nos ha ido muy bien, estamos de mal humor, lo vemos, sin dejar que dé explicaciones, le mandamos un sermón, en donde sacamos hasta lo que no tiene que ver, hablamos de cosas pasadas, nos descargamos con él, finalmente se va, sin decir nada. Cuando viene la esposa, le dice todo, ella le responde que estaba avanzando un trabajo para ti, que ella se lo había dicho y aceptó para aliviarte el trabajo. Es cuando todo tu mundo se te cae, fuiste injusto, hasta dijiste cosas que eran del pasado y que las regresaste al presente, demostrando que perdonaste pero no olvidaste. Ahora veamos, esas palabras habrán herido tanto a tu hijo, que el estará pensando porque eres tan injusto y tu distancia se va agrandar con él. Podrás pedir disculpas, pero las palabras son tan poderosas, que quedarán siempre. No olvidemos el poder de las palabras, especialmente con nosotros mismos: soy feo, estoy gordo, siempre me va mal, siempre seré pobre, cuantas cosas que decimos y las decretamos.
Segundo acuerdo.- “No tomes nada como algo personal”, cada uno de nosotros tiene una propia opinión, no siempre vamos a coincidir con los demás, a veces tomamos ciertas cosas como que tenemos la razón y la tenemos que defender a pesar de pelear, ofender. Las otras personas pueden tener una opinión sobre nosotros, quizás no nos guste, es su opinión y no nos debe afectar. Es una forma muy egoísta de ver las cosas, como creyendo que el mundo gira exclusivamente alrededor nuestro, si están de acuerdo con nosotros, felices, pero basta que no es así, nuestra reacción es de hasta desacreditar a la otra parte. Si hacemos nuestro este acuerdo, veremos que las cosas no nos afectarán, no estaremos en torno de los celos, envidia, rabia.
Tercer acuerdo.- “No hagas suposiciones”, siempre las estamos haciendo, armamos un drama con lo que nos imaginamos, nos molestamos, nos estresamos, para nada. Lo mejor es preguntar todo, para tener todo en claro y si no, esperar a que ocurra, para recién tener la certeza, porque preocuparse antes.
Cuarto acuerdo.- “Haz siempre tu máximo esfuerzo”, cualquier actividad que hagamos en nuestra vida, debe seguir este principio, cuando lo hagas, te vas a sentir muy feliz y lo más importante, sin esperar alguna recompensa o algo a cambio, aprenderás de tus errores, te ayudará a ser más productivo. Algo más que agregar, ser consciente de cuál es tu mejor esfuerzo, porque siempre queremos hacer las cosas a la perfección, pero debemos ser conscientes cual es nuestro límite, porque si solo pensamos en la perfección, nunca vamos a avanzar.
Cuando leía este libro, sobre los cuatro acuerdos, sentía que fallaba en todo, es por eso que está en nosotros el poder practicarlo y seguirlo, al final esto no tiene que ver con religión, es una cuestión que encontremos en nuestra vida un equilibrio y el bienestar. Lo más probable es que con esto nos ayude a encontrar lo que dicen para que nosotros “vibremos muy alto”.
Si bien es cierto, estas expresiones las escucha un científico, un físico, nos dirá que al decirlas no saben a qué nos referimos, incluso nos dirá que usamos los términos energía y vibración, como sinónimos. La energía es la capacidad que tienen los cuerpos de hacer un trabajo. No existe la energía positiva o negativa, la energía no tiene signo, al igual que la vibración, se refiere a la frecuencia y tampoco tiene signo. Nos preguntarán— ¿de cuántos joule estamos hablando?, cuando nos escuche por ejemplo decir —este lugar se siente mucha energía, cuando vamos a uno de los lugares, como Machu Picchu.
Para mi caso, dejo de lado el tema científico, seguro en algún momento se pueda explicar en ese campo, por ahora solo nos moveremos en el campo esotérico. Buscando sobre el tema de la vibración, partiendo de que todo está en movimiento, todo tiene una frecuencia, hasta los pensamientos. Hablamos de personas que vibran muy alto, aquellas que tienen pensamientos de amor, compasión, felicidad, al ser así, atraes a personas con los mismos pensamientos. Mientras las personas que sus pensamientos se basan en odio, envidia, rencor, depresión, vibran muy bajo, atraen a personas similares. Todas estas vibraciones van hasta el universo y rebota multiplicado, es por eso que personas con muy buena vibración, ayudan y contagian a las personas a su alrededor.
Me recomendaron para que leyera un libro: “Los cuatro acuerdos”, estos fueron impartidos por una cultura civilización mexicana muy antigua, los toltecas; el autor de este libro es el Dr. Miguel Ruiz. ¿Que es lo que dicen estos cuatro acuerdos?, que nos pueda llevar a una vibración alta.
Primer acuerdo.- “Se impecable con tus palabras”. Debemos cuidar las cosas que decimos, nuestras palabras son muy poderosas, esto va hacer que juegue en favor o en contra nuestro. Veamos lo que nos pasa siempre, nosotros estamos acostumbrados a pensar siempre en lo malo, a suponer cosas, por ejemplo en casa, a nuestro hijo le habíamos dicho que no debería usar la computadora para los juegos, que solo lo podría usar los fines de semanas y de acuerdo a un horario los demás días. Venimos del trabajo, no nos ha ido muy bien, estamos de mal humor, lo vemos, sin dejar que dé explicaciones, le mandamos un sermón, en donde sacamos hasta lo que no tiene que ver, hablamos de cosas pasadas, nos descargamos con él, finalmente se va, sin decir nada. Cuando viene la esposa, le dice todo, ella le responde que estaba avanzando un trabajo para ti, que ella se lo había dicho y aceptó para aliviarte el trabajo. Es cuando todo tu mundo se te cae, fuiste injusto, hasta dijiste cosas que eran del pasado y que las regresaste al presente, demostrando que perdonaste pero no olvidaste. Ahora veamos, esas palabras habrán herido tanto a tu hijo, que el estará pensando porque eres tan injusto y tu distancia se va agrandar con él. Podrás pedir disculpas, pero las palabras son tan poderosas, que quedarán siempre. No olvidemos el poder de las palabras, especialmente con nosotros mismos: soy feo, estoy gordo, siempre me va mal, siempre seré pobre, cuantas cosas que decimos y las decretamos.
Segundo acuerdo.- “No tomes nada como algo personal”, cada uno de nosotros tiene una propia opinión, no siempre vamos a coincidir con los demás, a veces tomamos ciertas cosas como que tenemos la razón y la tenemos que defender a pesar de pelear, ofender. Las otras personas pueden tener una opinión sobre nosotros, quizás no nos guste, es su opinión y no nos debe afectar. Es una forma muy egoísta de ver las cosas, como creyendo que el mundo gira exclusivamente alrededor nuestro, si están de acuerdo con nosotros, felices, pero basta que no es así, nuestra reacción es de hasta desacreditar a la otra parte. Si hacemos nuestro este acuerdo, veremos que las cosas no nos afectarán, no estaremos en torno de los celos, envidia, rabia.
Tercer acuerdo.- “No hagas suposiciones”, siempre las estamos haciendo, armamos un drama con lo que nos imaginamos, nos molestamos, nos estresamos, para nada. Lo mejor es preguntar todo, para tener todo en claro y si no, esperar a que ocurra, para recién tener la certeza, porque preocuparse antes.
Cuarto acuerdo.- “Haz siempre tu máximo esfuerzo”, cualquier actividad que hagamos en nuestra vida, debe seguir este principio, cuando lo hagas, te vas a sentir muy feliz y lo más importante, sin esperar alguna recompensa o algo a cambio, aprenderás de tus errores, te ayudará a ser más productivo. Algo más que agregar, ser consciente de cuál es tu mejor esfuerzo, porque siempre queremos hacer las cosas a la perfección, pero debemos ser conscientes cual es nuestro límite, porque si solo pensamos en la perfección, nunca vamos a avanzar.
Cuando leía este libro, sobre los cuatro acuerdos, sentía que fallaba en todo, es por eso que está en nosotros el poder practicarlo y seguirlo, al final esto no tiene que ver con religión, es una cuestión que encontremos en nuestra vida un equilibrio y el bienestar. Lo más probable es que con esto nos ayude a encontrar lo que dicen para que nosotros “vibremos muy alto”.