Okarin
Nivel 2
- 56
- 145
El sexo puede ser de alegría o de gran tristeza también, solo depende del lado que estés.
Me había criado con mi papá desde pequeño, por lo que mi ideología era un poco más cerrada, la conversación sobre sexo la había tenido a los doce años y no entendí realmente una mierda, condones, eyaculación, vagina, todo en ese momento me era tan irrelevante que no presté en realidad mucha atención a lo que decía, pero hubo algo que dijo que si me llamó mucho la atención, "Nunca llegues temprano del trabajo" me resultó extraño que juntara la conversación de esfuerzo laboral junto con la de sexo, pero ya les dije que tenía muy poca edad para molestarme en cosas tan asquerosas como esas, por lo cual no pregunté el porque.
Es gracioso como algo tan importante para el ser humano, al principio de su vida le resulta tan asqueroso, las niñas aún no se habían convertido en ese ser majestuoso que se llama mujer y yo todavía jugaba con mis juguetes y veía los Powers Rangers, así que todo lo referente a la sexualidad estaba muy por debajo de mi prioridades, allí junto a las tareas.
Mi primer encuentro con una erección que no fuera la de por las mañanas, sucedió cuando recién había empezado la secundaria, recuerdo que estábamos en deporte cuando me fijé en una chica que estaba con un chort realmente corto, sobresalía un pedazo de carne realmente excitante y desconocido para mí, si lo había visto antes, por supuesto, pero nunca así, se movía con cada retumbar de su carrera, yo estaba más duro que el asta de una bandera, sentí también un calambre en la barriga, puse mi mano en el pecho y el corazón a mil me latía.
Me sacó de mi trance un pelota que me golpeó en la cabeza, sonó el timbre y todos subimos, menos él, nunca se me olvida ese día, ya que fue la primera vez que dije la frase "menuda mujer".
Mi primer encuentro con el sexo en cuestión fue algo especial, no sucedió como a la mayoría que encuentran la pornografía de sus papás, o la sus tíos, no, mi encuentro fue algo más furtivo, algo más personal, estaba castigado en casa porque a mi papá le habían dado la queja de que su hijo le había dado una nalgada a Jennifer Asunción, la misma del chort corto, la del enorme cul.., bueno continuado les cuento que me encontraba sin nada que hacer, cuando de repente escuché el grito de una mujer, parecía como si estuviera llorando, por lo que yo, caballero al fin, me preocupé y salí a investigar, el ruido salía de una ventana en particular, me asomé sin malicia, lo juro, de verdad, cuando vi allí algo excepcional, la vecina de al frente con, ¿con mi papá?, me quedé congelado por unos segundos, era algo excitante pero a la vez algo muy burdo, todavía me jode que la primera vez que ví a alguien f0llando fue a mí papá, de tantas personas en el mundo.
¿Se acuerdan de Jennifer Asunción? La del gran, bueno, si se acuerdan, después de un par más de nalgadas y un para más de galletas, la conquisté, estábamos en noveno grado cuando me dijo que sí, recurrí a todas las celebraciones habidas y por haber, salté, canté, se lo dije a todos, hasta después en mi casa lloré, había sido capaz de conseguir a mi primera mujer y que mujer, estaba realmente orgulloso, es lindo recordar como el primer día de una relación siempre es tan hermoso.
Pesé a todo lo que decían las personas Jennifer no era ninguna perra, para bajar más de su ombligo tuve que pasarme 5 semanas enteras, hasta que el jodido día especial por fin llegó, casa sola, solo ella y yo, vino mi papá a mi mente y su conversación, condones, vagina, eyaculación, todo tenía sentido ahora, menos lo de el trabajo, pero eso de nuevo no me importó.
Lo primero que cayó al suelo fue mi vergüenza, luego su ropa, la mía, las pulseras, nos tocamos temblando y rápido bajé mis manos a su gran, había soñado tanto con tocarlo que hubiera podido llorar.
Luego todo pasó con naturalidad, inexpertos, pero salvajes resultamos al final, su cuerpo subía, el mío bajaba, yo la mordía, ella me aruñaba, así terminamos los dos desechos en la cama, mi primera vez o como decía mi papá, mi primera raya.
Abrí la puerta de mi casa como si fuera un rey, solo para darme cuenta de que había otra mujer, esta estaba sentada en la sala junto a mi padre, me llamó él para presentarme, conoce a tú hijo, hijo conoce a tú madre, me quedé anonadado pero mi padre con sangre fría continuó explicando en un tono más bajo, tú eras pequeño y todo terminó un día que llegué del trabajo temprano...
Me había criado con mi papá desde pequeño, por lo que mi ideología era un poco más cerrada, la conversación sobre sexo la había tenido a los doce años y no entendí realmente una mierda, condones, eyaculación, vagina, todo en ese momento me era tan irrelevante que no presté en realidad mucha atención a lo que decía, pero hubo algo que dijo que si me llamó mucho la atención, "Nunca llegues temprano del trabajo" me resultó extraño que juntara la conversación de esfuerzo laboral junto con la de sexo, pero ya les dije que tenía muy poca edad para molestarme en cosas tan asquerosas como esas, por lo cual no pregunté el porque.
Es gracioso como algo tan importante para el ser humano, al principio de su vida le resulta tan asqueroso, las niñas aún no se habían convertido en ese ser majestuoso que se llama mujer y yo todavía jugaba con mis juguetes y veía los Powers Rangers, así que todo lo referente a la sexualidad estaba muy por debajo de mi prioridades, allí junto a las tareas.
Mi primer encuentro con una erección que no fuera la de por las mañanas, sucedió cuando recién había empezado la secundaria, recuerdo que estábamos en deporte cuando me fijé en una chica que estaba con un chort realmente corto, sobresalía un pedazo de carne realmente excitante y desconocido para mí, si lo había visto antes, por supuesto, pero nunca así, se movía con cada retumbar de su carrera, yo estaba más duro que el asta de una bandera, sentí también un calambre en la barriga, puse mi mano en el pecho y el corazón a mil me latía.
Me sacó de mi trance un pelota que me golpeó en la cabeza, sonó el timbre y todos subimos, menos él, nunca se me olvida ese día, ya que fue la primera vez que dije la frase "menuda mujer".
Mi primer encuentro con el sexo en cuestión fue algo especial, no sucedió como a la mayoría que encuentran la pornografía de sus papás, o la sus tíos, no, mi encuentro fue algo más furtivo, algo más personal, estaba castigado en casa porque a mi papá le habían dado la queja de que su hijo le había dado una nalgada a Jennifer Asunción, la misma del chort corto, la del enorme cul.., bueno continuado les cuento que me encontraba sin nada que hacer, cuando de repente escuché el grito de una mujer, parecía como si estuviera llorando, por lo que yo, caballero al fin, me preocupé y salí a investigar, el ruido salía de una ventana en particular, me asomé sin malicia, lo juro, de verdad, cuando vi allí algo excepcional, la vecina de al frente con, ¿con mi papá?, me quedé congelado por unos segundos, era algo excitante pero a la vez algo muy burdo, todavía me jode que la primera vez que ví a alguien f0llando fue a mí papá, de tantas personas en el mundo.
¿Se acuerdan de Jennifer Asunción? La del gran, bueno, si se acuerdan, después de un par más de nalgadas y un para más de galletas, la conquisté, estábamos en noveno grado cuando me dijo que sí, recurrí a todas las celebraciones habidas y por haber, salté, canté, se lo dije a todos, hasta después en mi casa lloré, había sido capaz de conseguir a mi primera mujer y que mujer, estaba realmente orgulloso, es lindo recordar como el primer día de una relación siempre es tan hermoso.
Pesé a todo lo que decían las personas Jennifer no era ninguna perra, para bajar más de su ombligo tuve que pasarme 5 semanas enteras, hasta que el jodido día especial por fin llegó, casa sola, solo ella y yo, vino mi papá a mi mente y su conversación, condones, vagina, eyaculación, todo tenía sentido ahora, menos lo de el trabajo, pero eso de nuevo no me importó.
Lo primero que cayó al suelo fue mi vergüenza, luego su ropa, la mía, las pulseras, nos tocamos temblando y rápido bajé mis manos a su gran, había soñado tanto con tocarlo que hubiera podido llorar.
Luego todo pasó con naturalidad, inexpertos, pero salvajes resultamos al final, su cuerpo subía, el mío bajaba, yo la mordía, ella me aruñaba, así terminamos los dos desechos en la cama, mi primera vez o como decía mi papá, mi primera raya.
Abrí la puerta de mi casa como si fuera un rey, solo para darme cuenta de que había otra mujer, esta estaba sentada en la sala junto a mi padre, me llamó él para presentarme, conoce a tú hijo, hijo conoce a tú madre, me quedé anonadado pero mi padre con sangre fría continuó explicando en un tono más bajo, tú eras pequeño y todo terminó un día que llegué del trabajo temprano...