La ingenuidad va de la mano con la inexperiencia. No hay que confundir ingenuidad con nobleza o bondad, se puede ser noble sin ser ingenuo. Entonces, como va de la mano de la inexperiencia, ya que se podría definir como nuestra capacidad de prever los mejores escenarios de algo y no pensar en las otras posibles variantes negativas de algo, según avanzas en la vida más escenarios negativos conoces, y por lo tanto ese espectro de ingenuidad se va estrechando. Eso es en el caso en el que eres netamente ingenuo, ya que en otros casos simplemente se elimina la ingenuidad y pasas a formar parte de la malicia (que no es lo mismo que maldad tampoco, ni cinismo) y trabajar en pos a tu beneficio en esos escenarios negativos.
Osea, una persona ingenua espera que todo le salga de manera idealizada, y en el otro extremo, una persona maliciosa no busca que todo le salga bien, sino trabaja para aprovecharse de las cosas que salen mal.
Por ejemplo, el que va a un mercado esperando encontrarse un tomate a 20 pesos la libra para hacerse una ensalada es un ingenuo, y termina pagando la libra a casi 70 pesos, mientras que el que habla con el vAlfredor y fuera del mercado va y se compra ese mismo tomate a 50 pesos, es un malicioso. Uno espera que las cosas estén bien, mientras el otro conoce que las cosas están mal y trabaja en base a eso.
¿Se pierde o no la ingenuidad? Claro que se pierde, hay quienes tardan más, otros menos, hay quienes quizás no la pierdan del todo, pero la propia experiencia va eliminando esa ingenuidad.