Según tengo entendido todos tenemos dos vidas, la laboral y la privada. En la laboral tienes que intentar ser el mejor profesional posible y vivir de acuerdo a las leyes de tu sector. En tu vida privada hay libertad de pensamiento, expresión y crítica, siempre que estas sean legítimas y acorde a la ley.
En efecto, dos vidas. El truco está en que esas vidas, por mucho que no nos guste, hay un gran porciento de probabilidad de que se solapen en algún momento. Es por eso que muchas veces separamos las "amistades" del trabajo de las "amistades" de la vida privada. Uso comillas porque las primeras tienden a ser más bien solo conocidos del centro de trabajo; mientras los segundos son un poco más personales, y no tienen que ver con el mundo profesional. Ojo: usualmente, no quiere decir que sea así siempre. Tenemos casos donde trabajamos con la familia, o iniciamos un negocio con amigos. Ahí las líneas profesional/privada deben estar más que definidas, de hecho, construidas sobre una base solidísima, porque entonces surgen los problemas.
Les voy a poner un caso que sucedió a un amigo recientemente:
El suele trabajaba en una pizzería, muy buen trabajador etc, todos lo respetan y demás ¿Qué sucede? Que el suele subir muchos memes a su whatsapp (no tiene a su jefe para que vea estados) , pues subió algo de que su jefe era un hdp o algo así, no recuerdo exactamente , al otro día el jefe del lugar lo expulsó ¿Estuvo bien ese despido o no?
En este caso, como yo lo veo, en primer lugar está la situación que planteas de que es alguien que sube "muchos memes". Como tal, los memes son una manera de expresarnos, pero sabemos que hay grandes posibilidades de que no todos entiendan el humor detrás del meme en cuestión (el shitposting sabemos de sobra que es muy malinterpretado). Entonces, si este chico conocido tuyo hizo esto, lo primero es que debía haberse preparado para cualquier eventualidad como esta. No sabemos lo que piensan las demás personas de nosotros, y las apariencias engañan siempre. Quizá no debía haber subido ese meme. Quizá deberían haberle dado el beneficio de la duda porque, ¿realmente aludiría a su jefe? Nunca lo sabremos.
El resultado final fue la expulsión del sitio donde trabajaba, y subsecuentemente, la pérdida de una entrada de dinero estable.
Este ejemplo está más que claro cuando se habla de mezclar obligación con placer. No deberíamos. Sí, es cierto que en tu vida privada "deberías" poder expresarte libremente, como quieras, sobre lo que quieras, sin que te constriñan, pero... ¿No se le va la mano a veces a las personas? Ahí es donde está el límite.