Gigangel
Nivel 5
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No sé cómo será ahora en la escuela, pero en mi tiempo, nosotros sabíamos que era el verdadero terror cuando los profesores organizaban y citaban a los padres a una reunión en la escuela.
Ahí ni el más guapo o recalcitrante se salvaba. Por suerte siempre fui un estudiante tímido y estudioso y me libraba los muchos gaznatones, cocotazos, jalones de oreja o de pelo, o destrucción masiva con un lanzallamas o bazuca que cogían otros cuando algún profesor daba quejas a los padres de su comportamiento en la escuela.
Digamos que ese día era donde los profesores se desplayaban a decir todo lo que hacían los "niños" en horario escolar. El burlón, el fugado, el indeseable, etc. Momentos de clímax cuando algún profesor decía (con nombres y apellidos):
... Por ejemplo el caso del alumno "Fulano de Tal"....
Ahí todos los reunidos se giraban a mirar quien era, hasta la madre o el padre el señalado. El único que no se giraba era el interpelado, cubierto de sudor y con la sensación de ardor en la mejilla por el galletazo inminente que venía en camino.
Lo peor que podía pasar en esas reuniones era que te sacaran de ejemplo delante de todos los reunidos como si fueras el líder de alguna cuadrilla.
A pesar de que los profesores trataban de calmar o intermediar, entre los galletazos y la golpiza que resonaban en el aula, por dentro estoy seguro que no cabían de la alegría. Hacían esfuerzos, seguro, para no reírse.
¿De que servían estos momentos de tortura sicológica? Hacían entrar al carril, al menos por un tiempo, a los descarrilados.
Me imagino que hoy, con las nuevas "leyes" y "normas", estos casos no se vean. Nada que provoque ansiedad o maltratos al niño porque se traumatiza. ¡Vaya flojera! Por eso hoy están sin correa tanto en la escuela como en la calle. Y los padres también contribuyen a envolverlos en celofán y en vidrio y no permiten que los profesores los señalen porque se ponen hechos unas fieras, no con su hijo, sino con el propio profesor.
¿Algo que decir?