Alani
Nivel 4
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¡Hola, La Habana! ¿Cómo están todos? ¡Qué público más lindo, oye! Hoy vamos a hablar de un hombre que está en boca de todos, no porque tenga algo que ver con la situación en Cuba, sino porque es el equivalente a nuestro "Gran Hermano" capitalista. Sí, estoy hablando de Elon Musk, el hombre que quiere llevarnos a Marte en un cohete hecho de tuercas y esperanzas. Imagínense eso, ¡un cohete cubano!
Para aquellos que no lo conocen, Elon Musk es el tipo que inventó el carro eléctrico que cuesta más que toda la Isla. ¡Un Tesla! Aquí lo más cercano a un Tesla es un bicitaxi con luces LED y una bocina que suena como un reggaetón desafinado. Y mientras Musk está allá en Texas, pensando en cómo conectar nuestros cerebros a las computadoras, aquí en Cuba todavía estamos intentando conectar el ventilador sin que se vaya la luz.
Musk también tiene una compañía de cohetes llamada SpaceX. ¡Cohetes! ¿Se imaginan eso en Cuba? Aquí, un cohete sería la balsa más avanzada jamás construida. Claro, con el embargo, el combustible lo tendríamos que sacar de la cocina de Pepito, y el cohete lo haríamos con los bidones de agua y la fuerza de nuestros sueños. Y allá va, directo a Key West, más rápido que un almendrón con el tanque lleno.
Ahora, Elon quiere poner Internet en todo el mundo con satélites, ¡Starlink se llama! Imagínense, Internet rápido y sin censura. Aquí, la única estrella que vemos cuando pensamos en internet es la del partido o la bandera. Y si nos vamos a Marte con Musk, ¿se imaginan que lleguemos y allá también haya apagones? "Señores marcianos, disculpen la interrupción, pero el planeta se quedó sin corriente otra vez."
Hablemos de los autos eléctricos. Elon dice que su sueño es que todos manejen un Tesla. Aquí en Cuba, nuestro sueño es que el carro arranque. Imagínense a un cubano manejando un Tesla por la Habana Vieja. Llegas al malecón y el GPS te dice: "Gire a la derecha y cruce el túnel de la bahía", y tú dices: "¡Pero si el túnel está inundado hace años!" Aquí, el Tesla se quedaría sin batería en cinco minutos, y después habría que empujarlo como hacemos con el almendrón.
Y esa cosa del Hyperloop, el tren que va más rápido que la luz. Elon dice que va a revolucionar el transporte. ¡Un tren cubano rápido! Aquí el único tren que tenemos es el de Hershey, y ese ya lleva cien años funcionando con la misma velocidad que cuando lo inauguraron. Imagínense al Hyperloop en Cuba: "Atención pasajeros, el tren saldrá cuando termine la última novela de la abuela". Y en lugar de llegar a tiempo, llegaríamos una semana después porque alguien robó los cables de cobre para venderlos en el mercado negro.
Elon Musk también tiene a Neuralink, la empresa que quiere conectar nuestros cerebros a las computadoras. Aquí, el único enlace neural que tenemos es la conexión entre la bodega y la libreta de racionamiento. Imagínate que te pongan un chip en el cerebro y que el gobierno te lo controle: "Hoy toca pensar en la cosecha de papas, compañero". ¡Sería el colmo!
Pero lo más loco de todo es que Musk quiere colonizar Marte. Aquí, nosotros estamos más preocupados por colonizar el refrigerador, porque siempre está vacío. Elon dice que la vida en Marte sería dura, pero, vamos, no más dura que aquí. Allá no hay agua, y aquí tampoco. Allá hace un frío de los mil demonios, y aquí, con el cambio climático, nos estamos asando. En Marte no hay vegetación, y aquí, con la situación económica, ya no queda ni una mata de plátano.
Y ahora con la inteligencia artificial. Elon Musk dice que va a cambiar el mundo. Aquí, la única inteligencia artificial que tenemos es el vecino que se inventa cualquier cosa para resolver. Imagínense un robot cubano: "Hola, soy un asistente de inteligencia artificial. No tengo petróleo, pero tengo un par de 'biscuits' de la bolsa negra."
Elon Musk es un genio, sí, pero tiene ideas que aquí simplemente no funcionan. Él quiere hacer un túnel bajo Los Ángeles para evitar el tráfico. Aquí, el único túnel que queremos es uno que nos lleve directamente a Miami sin tener que lidiar con los tiburones.
Y qué decir de su idea de colonizar Marte para salvar a la humanidad. Aquí, lo único que queremos salvar es el día. Si nos vamos a Marte, ¿quién se va a quedar cuidando la tiendita de la esquina? ¡Eso sí sería un problema marciano!
Elon Musk quiere que todo el mundo tenga energía solar. Aquí, nosotros estamos acostumbrados a la energía solar desde hace tiempo: cuando no hay luz, salimos al patio y nos ponemos al sol. Y si nos ponemos muy tecnológicos, el Tesla de Elon no llegaría ni a arrancar. Imagínense, un carro eléctrico aquí se convertiría en un monumento a la paciencia.
Pero no todo es malo. Elon Musk también es un tipo que trabaja mucho y nunca se rinde. Si él puede imaginar un mundo mejor, ¿por qué nosotros no podemos? Al final del día, todos tenemos un poco de Musk en nosotros. Ese deseo de soñar en grande, de resolver los problemas de cualquier manera posible y de nunca, pero nunca, darnos por vencidos.
Así que, cubanos, sigamos soñando. Porque si Elon Musk puede llegar a Marte, nosotros también podemos llegar aun futuro mejor Miami. Y quién sabe, tal vez un día, en lugar de soñar con irnos de la Isla, soñemos con construir una nueva Cuba un nuevo Miami donde todos queramos quedarnos.
¡Gracias, La Habana! ¡Buenas noches y que no se les vaya la corriente!
Para aquellos que no lo conocen, Elon Musk es el tipo que inventó el carro eléctrico que cuesta más que toda la Isla. ¡Un Tesla! Aquí lo más cercano a un Tesla es un bicitaxi con luces LED y una bocina que suena como un reggaetón desafinado. Y mientras Musk está allá en Texas, pensando en cómo conectar nuestros cerebros a las computadoras, aquí en Cuba todavía estamos intentando conectar el ventilador sin que se vaya la luz.
Musk también tiene una compañía de cohetes llamada SpaceX. ¡Cohetes! ¿Se imaginan eso en Cuba? Aquí, un cohete sería la balsa más avanzada jamás construida. Claro, con el embargo, el combustible lo tendríamos que sacar de la cocina de Pepito, y el cohete lo haríamos con los bidones de agua y la fuerza de nuestros sueños. Y allá va, directo a Key West, más rápido que un almendrón con el tanque lleno.
Ahora, Elon quiere poner Internet en todo el mundo con satélites, ¡Starlink se llama! Imagínense, Internet rápido y sin censura. Aquí, la única estrella que vemos cuando pensamos en internet es la del partido o la bandera. Y si nos vamos a Marte con Musk, ¿se imaginan que lleguemos y allá también haya apagones? "Señores marcianos, disculpen la interrupción, pero el planeta se quedó sin corriente otra vez."
Hablemos de los autos eléctricos. Elon dice que su sueño es que todos manejen un Tesla. Aquí en Cuba, nuestro sueño es que el carro arranque. Imagínense a un cubano manejando un Tesla por la Habana Vieja. Llegas al malecón y el GPS te dice: "Gire a la derecha y cruce el túnel de la bahía", y tú dices: "¡Pero si el túnel está inundado hace años!" Aquí, el Tesla se quedaría sin batería en cinco minutos, y después habría que empujarlo como hacemos con el almendrón.
Y esa cosa del Hyperloop, el tren que va más rápido que la luz. Elon dice que va a revolucionar el transporte. ¡Un tren cubano rápido! Aquí el único tren que tenemos es el de Hershey, y ese ya lleva cien años funcionando con la misma velocidad que cuando lo inauguraron. Imagínense al Hyperloop en Cuba: "Atención pasajeros, el tren saldrá cuando termine la última novela de la abuela". Y en lugar de llegar a tiempo, llegaríamos una semana después porque alguien robó los cables de cobre para venderlos en el mercado negro.
Elon Musk también tiene a Neuralink, la empresa que quiere conectar nuestros cerebros a las computadoras. Aquí, el único enlace neural que tenemos es la conexión entre la bodega y la libreta de racionamiento. Imagínate que te pongan un chip en el cerebro y que el gobierno te lo controle: "Hoy toca pensar en la cosecha de papas, compañero". ¡Sería el colmo!
Pero lo más loco de todo es que Musk quiere colonizar Marte. Aquí, nosotros estamos más preocupados por colonizar el refrigerador, porque siempre está vacío. Elon dice que la vida en Marte sería dura, pero, vamos, no más dura que aquí. Allá no hay agua, y aquí tampoco. Allá hace un frío de los mil demonios, y aquí, con el cambio climático, nos estamos asando. En Marte no hay vegetación, y aquí, con la situación económica, ya no queda ni una mata de plátano.
Y ahora con la inteligencia artificial. Elon Musk dice que va a cambiar el mundo. Aquí, la única inteligencia artificial que tenemos es el vecino que se inventa cualquier cosa para resolver. Imagínense un robot cubano: "Hola, soy un asistente de inteligencia artificial. No tengo petróleo, pero tengo un par de 'biscuits' de la bolsa negra."
Elon Musk es un genio, sí, pero tiene ideas que aquí simplemente no funcionan. Él quiere hacer un túnel bajo Los Ángeles para evitar el tráfico. Aquí, el único túnel que queremos es uno que nos lleve directamente a Miami sin tener que lidiar con los tiburones.
Y qué decir de su idea de colonizar Marte para salvar a la humanidad. Aquí, lo único que queremos salvar es el día. Si nos vamos a Marte, ¿quién se va a quedar cuidando la tiendita de la esquina? ¡Eso sí sería un problema marciano!
Elon Musk quiere que todo el mundo tenga energía solar. Aquí, nosotros estamos acostumbrados a la energía solar desde hace tiempo: cuando no hay luz, salimos al patio y nos ponemos al sol. Y si nos ponemos muy tecnológicos, el Tesla de Elon no llegaría ni a arrancar. Imagínense, un carro eléctrico aquí se convertiría en un monumento a la paciencia.
Pero no todo es malo. Elon Musk también es un tipo que trabaja mucho y nunca se rinde. Si él puede imaginar un mundo mejor, ¿por qué nosotros no podemos? Al final del día, todos tenemos un poco de Musk en nosotros. Ese deseo de soñar en grande, de resolver los problemas de cualquier manera posible y de nunca, pero nunca, darnos por vencidos.
Así que, cubanos, sigamos soñando. Porque si Elon Musk puede llegar a Marte, nosotros también podemos llegar a
¡Gracias, La Habana! ¡Buenas noches y que no se les vaya la corriente!