Sacando la cuenta, la diferencia no es mucha.

No hay nada que hagan los animales que no puedan hacer los humanos. Incluso los gestos y expresiones, tanto de maldad como de cariño y fidelidad. Los gruñidos de animales y ladridos de un perro, muy bien se pudieran parecer a nuestros gritos y berrinches cuando estamos enojados.

En el tema del amor, siempre todo empieza por el trasero, tal y como el macho promedio mira a una mujer en la calle (los ojos pasan a otro nivel). Hay animales muy territoriales con su pareja, así como uno es muy celoso con la suya (preocupado porque exista fidelidad y no haya tarros de por medio).

Incluso cuando un animal está enfermo, va a buscar y comer una hierba especial que los cura (o los acaba de mandar a la verga con las patas por delante) y los humanos, a falta de pastillas, le meten a los cocimientos de medicina verde de la abuela (y hasta algunos brebajes muy ricos que prepara tu primo, sabe Dios de que planta, y que te hacen ver visiones a intervalos).

También lo de orinar en sitios públicos es algo en qué también somos parecidos a los animales (las mujeres son mas cuidadosas en esto y evitan que se les cuele un bicho por ahí, cuando se agachan tras un arbusto).

Creo que la mayor diferencia sería en la capacidad del habla (aunque hay personas que no se entiende ni lo que dicen), la capacidad de tomar bebidas alcohólicas y también el acto de fumar. Aunque estas dos últimas pueden ser aprendidas por los animales. Por ejemplo, en no se que provincia había un burro que se disparaba una botella de cerveza entera y un sapo que se fumaba un cigarrillo como si fuera un vicioso. Casos raros, pero verídicos.

En fin: ¿Nos diferenciamos o no de los animales? Tomando en cuenta los ejemplos expuestos y otros más que no mencioné.

Los leo.