Charlie1
Nivel 4
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En mi mente hay un recuerdo, de esos que solo duran unos segundos. Las palabras de reflexión de un familiar al que yo tengo en alta estima. Yo no entiendo el suicidio, creo que las personas que lo cometen tienen que ser unos desequilibrados mentales. Toda la familia ahí reunida se quedó callada, como sí el primero que hablará se lo llevará Satanás. Por aquel tiempo yo era muy chiquito y no entendía del todo el concepto que imponía. Puesto que era una persona importante de la familia opté por creerlo. De todas formas concordaba con mis enseñanzas cristianas, el que cómete acto de suicidio no heredará el reino de los cielos. ¿Y quien no quiere entrar al reino de Dios? Solo los locos tienen que ser. Debo admitir que apartir de ese momento creció una duda, una disputa con mi mente. Me sentí vacío, en mi faltaba una respuesta propia y me culpaba por no tener criterio. Años más tarde, época de mi adolescencia, pasó que un amigo llegó a su casa y lo primero que vió fué a su padre ahorcado. Cabe destacar que su padre era también mi vecino. El día antes lo había visto jugando dominó, aunque no tan animado como siempre todavía se le veía jaranero. Si no fuera por su trágico final yo diría que solo estaba pasando un pequeño mal momento. Eso hizo hacerme una pregunta. ¿Mi vecino era un enfermo de los nervios?. Al no poder encontrar una respuesta sólida me quedé con la duda. Fué hasta que un día en una situación difícil, de esas que piensas que nunca te van a pasar y cuando pasa solo te preguntas ¿Porque a mí?. Pensé en la idea de comer vil acto. Lo que me salvó fué pensar en mí familia. En el sufrimiento de ellos. En lo egoísta que puedo llegar a ser. Yo que me pensaba cuerdo, que ironía de la vida. Y fué en ese momento mi respuesta. Ahora con el paso del tiempo, mis lecturas y mis charlas entre amigos. Eh aprendido que el suicidio no es síntoma de una locura y que no siempre su cometido son de fuentes depresivas, pues la obediencia y el honor en este, han protagonizado numerosos hechos y culturas. Creo que tiene que deja de ser un tabú. El suicidio tiene su historia, es necesario contarla. Muchas veces se cómete el suicidio por falta de conocimientos y de conciencia. Lo ven como una salida a un futuro del que no saldrá más el sol. Es importante enseñar esto a los niños desde cierta edad. Hay que educarlos emocionalmente. La mejor forma de evitar el suicidio es enseñar con sabiduría sobre él.