Bueno yo necesito comentar. Desde pequeña le hice rechazo a la religión. Recuerdo que la primera vez que vi un bembé habían 2 personas bailando con el santo subido una encima de la otra, justo enfrente mío. Aquel señor saltó de los hombros delnque lo cargaba y cayó en el piso con un tembleque que yo como niña al fin casi muero del susto. Luego de eso, por medio de una amiga terminé en una iglesia con 9 años, intenciones de una pijamada y ni idea de cómo rezar. En fin, las personas se tomaban de las manos y se embriagaban del señor, quien sabe de religión debe saber a lo que me refiero. En fin que todo me pareció tan falso que a pesar de estar bautizada y tener familia creyente me alejé de esas cosas que no me aportaban en aquel momento. Cuando falleció mi abuelo tuve etapas difíciles en mi vida y creo que fue la primera vez que sentí lo que llamamos fe, esa creencia de que el universo hace alguna función en nuestras vidas. Así decidí en vez de criticar respetar toda religión, y darle un voto de confianza a quienes la practicaban, no todo tiene por que ser negativo. Fui creciendo de la misma forma, sin creencias, pero constantemente era perseguida por las típicas personas en la calle que uno dice que están locas, porque te ven y enseguida te quieren decir tu destino, quieren conversar contigo y hasta te cogen el pie para chuparlo. En fin, que aunque yo me alejara, siempre la religión iba tras de mí. A partir de los 15 años empezaron a pasarme cosas bastante raras, cosas que no entendía,incluso fui a psicólogos en busca de una explicación coherente como la esquizofrenia, pero todo estaba en orden con mi salud. Hoy día después de todo lo que he pasado, que no es poco, aún me mantengo escéptica, pero la fe la cultivo en mi corazón como instancia de que algo más allá de nuestra percepción nos cautiva. Hace poco mi madre estuvo enferma, entre la vida y la muerte. Nadie, absolutamente nadie fue capaz de remediar aquello. Y como yo no soy religiosa seguiré excusando los hechos con la psicología, pero la verdad, después de la visita del Palermo, la enfermedad se fue...