A pesar que hay hombres de Anjá y mujeres de Enjé, nunca se debe llegar a la violencia y menos abusar con el sexo débil... bueno, las mujeres. No las encasillo tanto como sexo débil por mi amigo de la infancia. Este desde adolescente siempre le daba sus manotazos a las jevitas de turno que tenía. En el grupo donde nos reuniamos siempre tocabamos ese tema y lo que pasaría al llegar a ser hombres hechos y derechos, pero el ni enterado. Al final, nos dio la espalda y anduvo un tiempo medio perdido del barrio. Luego lo volví a ver y me dijo que estaba con tremenda jevita. Yo, conociendo sus hábitos de "padre", por su costumbre de golpear a sus novias, le pregunté que como iba la relación. Me invitó a su casa para que la conociera. Vaya, está invitación la hizo con algo de recelo o temor, pero no le di mucha importancia.
Llegamos a la casa y ella no estaba, pero el me dijo que estaba al llegar.
Efectivamente, a los 5 minutos llego ella. Muy bonita y lo que más me asombró es que venía vestida con un kimono de karate o judo. Se saludaron, ella me saludó a mí y sin mediar palabra, le dijo:
Vete a buscar el pan y algunas viandas al agro.
El, como un resorte se levantó, y salió enseguida con la jaba, la libreta y el dinero para la calle. Ni me miró. Cuando salió, le pregunté a ella que a que se debía ese cambio en el, porque siempre el fue mandón y golpeador. Ella me dijo:
Una vez, al inicio de la relación, trató de darme una galleta y le fracturé el brazo. Después de un tiempo, quiso hacer lo mismo y le disloque el hombro derecho. A partir de ahí, vamos de lo más bien.
A ver, no digo que las mujeres tengan que aprender karate ni nada por el estilo. El respeto entre parejas siempre debe primar en una relación. Golpeando no se resuelve nada. No golpees a tu pareja, consigue una pera de boxeo y métele con todo o haz como Rocky, golpea carne congelada en el frigorífico, semental italiano.