Como se mencionaba en un comentario, Annabelle es una muñeca del tipo Raggedy Ann, pero lo cierto es que no les otorgaron el permiso de utilizar este tipo de muñeca (es de trapo) porque los ejecutivos de la compañía consideraron que les traería mala publicidad. Es por eso que la Annabelle de las películas es una muñeca mucho más espeluznante, y cuyo rostro es como las muñecas antiguas de porcelana. Por supuesto, esto alimenta mucho más la ficción. No es lo mismo tener una muñeca así, a una muñeca de trapo con cara mucho más plana y amable.
Está basada en hechos reales. Tanto así, que la verdadera Annabelle se encuentra en una caja de cristal en The Warren’s Occult Museum. Los Warren fueron un matrimonio de origen estadounidense que se dedicaron a estudiar fenómenos paranormales durante buena parte de sus vidas. De hecho, Lorraine falleció hace tan solo dos años. El caso es que esta pareja estaba especializada en casos donde siempre había influencia demoníaca, o al menos eso es lo que aducían. Estaban reconocidos por la iglesia católica como exorcistas, y en una de las películas que se basan en estas experiencias, se puede ver claramente cómo están haciendo un exorcismo.
En el caso de Annabelle, no es tampoco como la ponen en la película donde se hace su introducción, sino más bien en el siguiente filme, donde está en posesión de las estudiantes de medicina. No obstante, la realidad es que, como todas las historias de posesiones [supuestamente] demoníacas, los Warren simplemente se llevan a la muñeca y la meten en esa caja de cristal, guardada en su museo de lo oculto. Pero claro, cinematográficamente las cosas necesitan un poco más de emoción, y de ahí todos los sustos de las películas.
Dado que el museo de los Warren se haya cerrado (según Wikipedia), es probable que todas las cosas que hay ahí se hallen, de un modo u otro, guardadas también con precaución, en especial dado el folclor que las rodea. Hay quien dice que los Warren no eran más que un par de impostores, y que muchas de las cosas que se pueden ver en ese museo, en especial fotografías, no son más que montajes, o fallos de luz. Considerando que la mayoría de estos eventos paranormales han ocurrido en las décadas del 80 hacia atrás, cuando la tecnología no era digital y era fácil trucar movimientos y fotos, digamos que no me sorprende que mucho de esto sea solo fantasía de la gente.