He escuchado por ahí sobre el famoso juramento hipocratico:

"Guardaré el máximo respeto a la vida y dignidad humanas. No practicaré, colaboraré, ni participaré en acto o maniobra alguna que atente a los dictados de mi conciencia. Respetaré siempre la voluntad de mis pacientes y no realizaré ninguna práctica médica o experimental sin su consentimiento."

Creo que tomando en cuenta lo anterior, se puede tener una noción de la rectitud y moral del ginecólogo y el urólogo, en este caso, para desempeñar su trabajo. Es algo puramente médico lo que hace sin nada de lujuria ni morbo.

Si. Se que algunos pensaran que entre col y col: lechuga. Pero no. No estoy seguro que hayan ocurrido con frecuencia algún caso escabroso, vaya a no ser algunos comentarios por ahí, muy mal intencionados diría yo.

El especialista que te revisa los "periféricos", solo se limita a eso: revisar y diagnosticar. No le interesa en nada si tienes la concha peluda, depilada o con aspecto de la boca de un bagre, incluyendo su aroma. Cómo por el otro lado que tú "chorizo" sea bastante raro, del tamaño de un "pelly" o que huela a los websites de un oso grizzly.

No es raro que un hombre revise a una mujer. ¿Y por qué una mujer no revisa a un hombre? Hay algo que no encaja aquí. Pero en fin, quizás no era el día laborable de la especialista en urología.

Ahora en estas áreas médicas hay especialistas de cualquier género. Así es. Te encuentras heteros y homos, aunque el juramento hipocratico vale para ambos y por suerte es la línea que divide la profesionalidad de la cordura, pero: ¿Y si...?

Dejen sus opiniones al respecto.