Puede que sí y puede que no. En estos tiempos ya nada es seguro.
Antes la felicidad consistía en llevarse bien y que cada uno se entendiera. Después, si la felicidad no venía acompañada con el dinero, el amor se iba por la ventana. Ahora vienes con el dinero y el amor se vuelve a ir a la verga, porque no tienes ¨verdes¨. Quizás escapas con tu tarjeta de MLC, pero al final vale madres, porque hay que espantarse perra cola para agarrar una latica de ¨frucanga¨, por lo menos. Y cuando llegas a la casa, incandescente por el baño de sol que cogiste en la cola y quedaste parecido a una postalita de un ángel, tu pareja romanceando por WhatsApp con otro (la que pone uñas, te dice), a ti te dan ganas de salir por la ventana.
Tranquilo que ahí arriba a un Dios.