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Seguro que hemos escuchado mucho: aceptate como eres, para que los demás te valoren. Valorarse es unos de los primeros pasos que debemos tomar como persona, porque si no te valoras tu mismo, ¿quien lo hará?. Y aunque sea una forma egoísta de pensar, para muchos, si tú no te das valor como persona, sino tomas las riendas por ti mismo, créeme que nadie lo hará. Porque más egoísta son aquellos, que por tal de ganarse puntos con la sociedad, toman esa debilidad vuestras, para destacar.
Pero aquí no vine hablar de ética y moralidad, sino para entablar un comunicación con todos en base se este tema.
En este mundo, que por lo general, las personas buscan la perfección y la autenticidad, están exigida, que la apariencia lo es todo, y nos esforzamos por encajar en molde impuesto, ignorando nuestra esencia y nuestro ser más auténtico.
Buscamos la aprobación de los demás, temerosos a ser juzgado o rechazados, olvidando por completo que nuestra belleza recibe en nuestra singularidad y autenticidad. Nos ocultamos detrás de máscaras y disfraces, intentando de encajar en una sociedad que nos deprime, que opacada nuestra diversidad y unicidad. Pero ¿Por qué tememos mostrarnos tal como somos? ¿Por qué renunciamos a nuestra esencia y originalidad? Aceptemos nuestra personalidad, con todas sus luces y sombras, porque en la aceptación y el amor propio, está la verdadera libertad.
Y la verdad, por mucho que queremos hacernos esas preguntas, por mucho queramos ser auténticos, siempre seremos juzgado y tachado por otros que se sentirán amenazados por una libertad que ellos no poseen, por falta de autenticidad, personalidad propia y sobre todo, porque niegan la veracidad que posee su imperfecciones, mostrándose como títeres movidos por los hilos de la propia sociedad, sistemas, ideologías baratas, influencia, y modelos zombie que la propia desinformación ha generado.
Aceptarnos como somos sin miedo a las dudas y sin miedo a lo que puedan opinar los demás, es el primer paso que debemos avanzan para valorarnos como personas. Y no es por egoísmo, porque si tu mismo no te valoras, ¿quien lo hará?
Pero aquí no vine hablar de ética y moralidad, sino para entablar un comunicación con todos en base se este tema.
En este mundo, que por lo general, las personas buscan la perfección y la autenticidad, están exigida, que la apariencia lo es todo, y nos esforzamos por encajar en molde impuesto, ignorando nuestra esencia y nuestro ser más auténtico.
Buscamos la aprobación de los demás, temerosos a ser juzgado o rechazados, olvidando por completo que nuestra belleza recibe en nuestra singularidad y autenticidad. Nos ocultamos detrás de máscaras y disfraces, intentando de encajar en una sociedad que nos deprime, que opacada nuestra diversidad y unicidad. Pero ¿Por qué tememos mostrarnos tal como somos? ¿Por qué renunciamos a nuestra esencia y originalidad? Aceptemos nuestra personalidad, con todas sus luces y sombras, porque en la aceptación y el amor propio, está la verdadera libertad.
Y la verdad, por mucho que queremos hacernos esas preguntas, por mucho queramos ser auténticos, siempre seremos juzgado y tachado por otros que se sentirán amenazados por una libertad que ellos no poseen, por falta de autenticidad, personalidad propia y sobre todo, porque niegan la veracidad que posee su imperfecciones, mostrándose como títeres movidos por los hilos de la propia sociedad, sistemas, ideologías baratas, influencia, y modelos zombie que la propia desinformación ha generado.
Aceptarnos como somos sin miedo a las dudas y sin miedo a lo que puedan opinar los demás, es el primer paso que debemos avanzan para valorarnos como personas. Y no es por egoísmo, porque si tu mismo no te valoras, ¿quien lo hará?