Papá1
Nivel 3
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Seguramente haya escuchado alguna vez en su vida que alguien haya deseado “dejar la mente en blanco”. ¡Como si eso se pudiera hacer, sencillamente, porque sí! Muchos aseguran que eso no es posible, porque la mente está todo el tiempo activa.
Hay quienes opinan que sería oportuno, en determinadas ocasiones poder aislarse de todo y dejar la mente en blanco.
La sensación de “dejar la mente en blanco” define cierta fase de relajación profunda que hace que determinados procesos mentales no alcancen el nivel consciente. Alude a la experimentación de un estado de serenidad absoluta.
La llegada de este descanso facilita la disminución del estrés y proporciona tranquilidad. Eso no quiere decir que el cerebro se “detenga” y que por lo tanto sea imposible ocuparse de alguna tarea, si bien la concentración adquiere generalmente gran importancia.
Alcanzar este estado de relajación es posible, pero complicado. Se requiere mucha práctica.
Según el sitio Mejor con Salud, hoy día, psiquiatras, psicólogos y psicoterapeutas coinciden en que no es posible cumplir ese propósito. Lo que sí se puede hacer es concentrarse en la respiración o el sonido del aire, y con ello la corteza cerebral se desconectaría en parte. Esto puede hacer más fácil descansar.
Asimismo, expertos en meditación, profesores de yoga, psicólogos y psiquiatras coinciden: una cabeza sin ideas es una cabeza sin vida. Se tiende a pensar que la meditación consiste en dejar la mente en blanco, un error que conduce a abandonar de forma temprana el camino hacia nuestro objetivo.
Para que su mente se quede tranquila, entre otros ejercicios, haga inspiraciones lentas y profundas. Puede intentar con otros ejercicios de respiración para relajación; también, tome un baño tibio, escuche música tranquilizante.
Hay quienes opinan que sería oportuno, en determinadas ocasiones poder aislarse de todo y dejar la mente en blanco.
La sensación de “dejar la mente en blanco” define cierta fase de relajación profunda que hace que determinados procesos mentales no alcancen el nivel consciente. Alude a la experimentación de un estado de serenidad absoluta.
La llegada de este descanso facilita la disminución del estrés y proporciona tranquilidad. Eso no quiere decir que el cerebro se “detenga” y que por lo tanto sea imposible ocuparse de alguna tarea, si bien la concentración adquiere generalmente gran importancia.
Alcanzar este estado de relajación es posible, pero complicado. Se requiere mucha práctica.
Según el sitio Mejor con Salud, hoy día, psiquiatras, psicólogos y psicoterapeutas coinciden en que no es posible cumplir ese propósito. Lo que sí se puede hacer es concentrarse en la respiración o el sonido del aire, y con ello la corteza cerebral se desconectaría en parte. Esto puede hacer más fácil descansar.
Asimismo, expertos en meditación, profesores de yoga, psicólogos y psiquiatras coinciden: una cabeza sin ideas es una cabeza sin vida. Se tiende a pensar que la meditación consiste en dejar la mente en blanco, un error que conduce a abandonar de forma temprana el camino hacia nuestro objetivo.
Para que su mente se quede tranquila, entre otros ejercicios, haga inspiraciones lentas y profundas. Puede intentar con otros ejercicios de respiración para relajación; también, tome un baño tibio, escuche música tranquilizante.