Bueno, como ya vimos en el capítulo anterior, Zeus terminó derrotando a su padre Cronos, y haciéndose con el control de todo lo que había sobre la tierra. Entre él, Hades, y Poseidón, se dividieron el cielo (Zeus), los mares y océanos (Poseidón), y finalmente, el infierno (Hades). Pero no eran los únicos dioses. Cronos engulló a este trío, pero además, a otras tres diosas más que también jugarían su papel en esta historia de griegos y sus creencias. Sus respectivos nombres fueron Deméter, Hera y Hestia.
Cada uno de estos dioses y diosas tendrá su propio post, pero ahora veamos a Zeus, el soberano del Olimpo, padre de todos los dioses y los hombres. Al ser sus dominios los cielos, también tenía control sobre los truenos, y toda la energía asociada a estos, de ahí que los griegos miraran al cielo, vieran una tormenta acercarse, y su primer pensamiento fuera: “Zeus está enojado”.
¿Se imaginan pensar que un fenómeno natural como una tormenta fuera atribuido a alguien que tuviera una personalidad supernatural? Bueno, supongo que todos los fenómenos naturales fueron así en algún momento, y por eso tenemos una mitología tan rica y variada.
Pero me voy del tema. No se me duerman, que ahora viene lo interesante.
El caso es que estos griegos no tenían ningún reparo en cosas como el incesto. ¿Qué casamos al hermano con la hermana? No hay problema ¿Al tío con la sobrina? Pfft, claro.
Bueno, los Dioses del Olimpo no escaparon a esto.
Zeus tomó como esposa a su hermana Hera (una de las que Cronos se zampó, ¿recuerdan?). Con ella engendró a varios dioses. A saber, eran: Ilitía, Ares, Enio, Hebe, y Hefesto. De estos hablaré después, pero digamos que todos tenían su propia función, y como no, los más famosos, al menos los más representados comúnmente, son Ares y Hefestos. Menudos hermanitos, ya verán más adelante lo que les pasó con Afrodita.
Nuestro querido Zeus, que no era santo para nada, se caracterizó más por su personalidad como mujeriego, que otra cosa. De no ser por esto, bueno, no habrían nacido la mitad de los semidioses y héroes que conocemos hoy en día. Lo curioso no era que Zeus sedujera a una mujer mortal, terminara acostándose con ella, y engendrara a un semidiós. Lo curioso es el cómo se las ingeniaba para lograr esto.
Es que, verán, Hera, su mujer (por ende, reina de los dioses), no solo era una diosa ahí toda modosita que se dedicaba a quehaceres divinos y tal. Nooooo. Esta diosa en particular tenía una vena muy vengativa y sádica. Le tenía un odio tremendo a todas y cada una de las amantes de su marido, por tanto, a todos los retoños que surgieran de estos amoríos de Zeus.
Lamento reventarles la burbuja a los que vieron Hércules (este es su nombre romano; su nombre griego era Heracles) y pensaron que este era hijo de verdad de Zeus y Hera. Este es, de hecho, uno de los casos más sonados en todo el Olimpo, especialmente porque Zeus se las ingenió para yacer con Alcmene (la madre de Hércules) mientras se hacía pasar por su marido, Anfitrión. Irónicamente, el nombre de nacimiento del pequeño era Alcides, pero por cosas de esas de oráculos y demás chismes, terminó llamándose Heracles, y, ¿a quién creen que se suponía que sirviera este niño? Pues sí, a la mismísima Hera. Pero ya veremos eso en otro momento.
Siguiendo con el alegre Zeus, tenemos a otras de sus amantes, Leda. ¿Cómo fue que Zeus se empató con esta mujer? Nada más y nada menos que convirtiéndose en un cisne. Se le apareció a Leda en esta forma, pretendiendo ser perseguido por un águila, y lo demás es historia. Ahora, lo curioso es que, esa misma noche en que Leda encontró al Zeus-cisne, ella se acuesta con su marido. Eventualmente (y aquí viene lo que siempre me ha hecho decir “wtf”), puso dos huevos (¿ven?). De uno de ellos nacieron Pólux (uno de los gemelos por los que existe la constelación Géminis) y Helena (la de Troya), que supuestamente eran hijos de Zeus; y del otro nacieron Cástor (el otro gemelo) y Clitemnestra (la mujer de Agamenón, y asesina de este, pero ya eso es otra historia). Total, que no le salieron muy buenos estos hijos, porque los gemelos no podían compartir la tierra (sad), y las chicas… Una fue la causa de la caída de Troya; la otra mató a uno de los héroes de Troya, y ella murió a manos de su propio hijo años después.
Así que Zeus se dedicó a engendrar a diestra y siniestra, entre los mortales, sobre todo. Seguía jugándole cabeza a su mujer, Hera (y esta, pasándole la cuenta a todo lo que pudiera), y disfrutando con todo lo que le prodigaban los griegos. Templos y festejos, por ejemplo. Uno de estos festejos fueron los Juegos Olímpicos (de ahí que tengan ese nombre). En cuanto a templos, tenía uno consagrado a su divinidad en la ciudad de Olimpia (donde se celebraban los juegos). La estatua que lo representaba, sí, sí, esa que vieron en la peli de Disney, tenía 14m de altura. Fue esculpida por Fidias, y era del tipo de estatuas llamadas crisoelefantinas, es decir, que estaban hechas de oro y marfil. Contaba dentro de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Por desgracia, se perdió, y solo se tiene constancia de ella a través de grabados, descripciones dadas por historiadores antiguos, y representaciones en monedas.
De Zeus hay muchas más historias para contar, pero ya esas se las dejo por si les pica la curiosidad.
CONTINUARÁ…
Cada uno de estos dioses y diosas tendrá su propio post, pero ahora veamos a Zeus, el soberano del Olimpo, padre de todos los dioses y los hombres. Al ser sus dominios los cielos, también tenía control sobre los truenos, y toda la energía asociada a estos, de ahí que los griegos miraran al cielo, vieran una tormenta acercarse, y su primer pensamiento fuera: “Zeus está enojado”.
¿Se imaginan pensar que un fenómeno natural como una tormenta fuera atribuido a alguien que tuviera una personalidad supernatural? Bueno, supongo que todos los fenómenos naturales fueron así en algún momento, y por eso tenemos una mitología tan rica y variada.
Pero me voy del tema. No se me duerman, que ahora viene lo interesante.
El caso es que estos griegos no tenían ningún reparo en cosas como el incesto. ¿Qué casamos al hermano con la hermana? No hay problema ¿Al tío con la sobrina? Pfft, claro.
Bueno, los Dioses del Olimpo no escaparon a esto.
Zeus tomó como esposa a su hermana Hera (una de las que Cronos se zampó, ¿recuerdan?). Con ella engendró a varios dioses. A saber, eran: Ilitía, Ares, Enio, Hebe, y Hefesto. De estos hablaré después, pero digamos que todos tenían su propia función, y como no, los más famosos, al menos los más representados comúnmente, son Ares y Hefestos. Menudos hermanitos, ya verán más adelante lo que les pasó con Afrodita.
Nuestro querido Zeus, que no era santo para nada, se caracterizó más por su personalidad como mujeriego, que otra cosa. De no ser por esto, bueno, no habrían nacido la mitad de los semidioses y héroes que conocemos hoy en día. Lo curioso no era que Zeus sedujera a una mujer mortal, terminara acostándose con ella, y engendrara a un semidiós. Lo curioso es el cómo se las ingeniaba para lograr esto.
Es que, verán, Hera, su mujer (por ende, reina de los dioses), no solo era una diosa ahí toda modosita que se dedicaba a quehaceres divinos y tal. Nooooo. Esta diosa en particular tenía una vena muy vengativa y sádica. Le tenía un odio tremendo a todas y cada una de las amantes de su marido, por tanto, a todos los retoños que surgieran de estos amoríos de Zeus.
Lamento reventarles la burbuja a los que vieron Hércules (este es su nombre romano; su nombre griego era Heracles) y pensaron que este era hijo de verdad de Zeus y Hera. Este es, de hecho, uno de los casos más sonados en todo el Olimpo, especialmente porque Zeus se las ingenió para yacer con Alcmene (la madre de Hércules) mientras se hacía pasar por su marido, Anfitrión. Irónicamente, el nombre de nacimiento del pequeño era Alcides, pero por cosas de esas de oráculos y demás chismes, terminó llamándose Heracles, y, ¿a quién creen que se suponía que sirviera este niño? Pues sí, a la mismísima Hera. Pero ya veremos eso en otro momento.
Siguiendo con el alegre Zeus, tenemos a otras de sus amantes, Leda. ¿Cómo fue que Zeus se empató con esta mujer? Nada más y nada menos que convirtiéndose en un cisne. Se le apareció a Leda en esta forma, pretendiendo ser perseguido por un águila, y lo demás es historia. Ahora, lo curioso es que, esa misma noche en que Leda encontró al Zeus-cisne, ella se acuesta con su marido. Eventualmente (y aquí viene lo que siempre me ha hecho decir “wtf”), puso dos huevos (¿ven?). De uno de ellos nacieron Pólux (uno de los gemelos por los que existe la constelación Géminis) y Helena (la de Troya), que supuestamente eran hijos de Zeus; y del otro nacieron Cástor (el otro gemelo) y Clitemnestra (la mujer de Agamenón, y asesina de este, pero ya eso es otra historia). Total, que no le salieron muy buenos estos hijos, porque los gemelos no podían compartir la tierra (sad), y las chicas… Una fue la causa de la caída de Troya; la otra mató a uno de los héroes de Troya, y ella murió a manos de su propio hijo años después.
Así que Zeus se dedicó a engendrar a diestra y siniestra, entre los mortales, sobre todo. Seguía jugándole cabeza a su mujer, Hera (y esta, pasándole la cuenta a todo lo que pudiera), y disfrutando con todo lo que le prodigaban los griegos. Templos y festejos, por ejemplo. Uno de estos festejos fueron los Juegos Olímpicos (de ahí que tengan ese nombre). En cuanto a templos, tenía uno consagrado a su divinidad en la ciudad de Olimpia (donde se celebraban los juegos). La estatua que lo representaba, sí, sí, esa que vieron en la peli de Disney, tenía 14m de altura. Fue esculpida por Fidias, y era del tipo de estatuas llamadas crisoelefantinas, es decir, que estaban hechas de oro y marfil. Contaba dentro de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Por desgracia, se perdió, y solo se tiene constancia de ella a través de grabados, descripciones dadas por historiadores antiguos, y representaciones en monedas.
De Zeus hay muchas más historias para contar, pero ya esas se las dejo por si les pica la curiosidad.
CONTINUARÁ…