Así como lo leen. Muchos que, después de casi sacarse un ojo, lograron por fin irse del país, ahora quieren regresar. No solo eso, ya muchos han virado y están aquí dando gracias a Dios, a Oloffin y a todo lo que es grande y hermoso (el Momoa ese no entra en este pastel). Dicen que como Cuba, no hay nada. No sé compara con ningún otro país: "Nuestro vino es amargo pero es nuestro vino", diría el Apóstol en una de sus reuniones oratorias.

Resulta irónico que muchos que también perdieron el ojo (me refiero al ocular, quiero decir la cara), esperando por brincar, los han cogido en el "brinco" y los han deportado para acá. No es lo mismo virar por decisión propia que "te viren" por decisión impropia (de otro). No quiero ni pensar en los que vendieron casas, carros y alguna que otra cosa en su afán por conseguir sus sueños.

Pero bueno, este es un tema para aquellos que regresaron por decisión propia. Sus motivos tuvieron. Todo el mundo no se adapta, quizás se resigna (no en la madre de nadie), pero en verdad se resigna a quedarse, inadaptado, pero así es la vida.

Opiniones de esas personas que tomaron la decisión de regresar. ¿Creen ustedes que es de sabios recapacitar? O: ¿Para atrás? ¡Ni para coger impulso!