fijisublevao
Nivel 3
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“Bueno y malvado” y “bueno y malo”; “Culpa”, “mala conciencia”; y “¿Qué significan los ideales ascéticos?”. Estos son los tres tratados que abarca la obra “La Genealogía de la Moral” del trágico demente Wilhelm Nietzsche, donde da sus ideas acerca de lo moralmente correcto y de la calificación de la persona según en la situación y condiciones en que vive.
A partir de este libro se puede ver cómo los valores están en un constante estado de transmutación, es decir, con el paso del tiempo se van modificando los conceptos de estos, adecuándose a la época, y por tanto se olvidan los prototipos de antaño. Como la cortesía, por ejemplo: estás sentado en una silla, junto a la familia en la cena y te levantas al terminar o picas comida antes de que se ponga la mesa; probablemente tu abuelita/o te dice enseguida que eso en sus tiempos no se hacía y te da perra muela acerca de cosas que tú evidentemente no quieres escuchar. También se puede ver la decadencia de la caballerosidad, desde hombres esbeltos hasta señores muy cansados que cedían su caballo para conferir el asiento a la “damisela”. Como todo, los valores están sometidos a cambios.
Este pensamiento acerca de las diferentes perspectivas de los cambios, da un leve acercamiento a su criterio de “malvado”, anunciando la contrariedad entre lo “bueno” y lo “malo” relacionándolo con el noble y esclavo.
Nietzsche hace una caracterización, categorizándolo con el punto de vista de los bandos. Para el noble el “bien-mal”, equivale a “noble-despreciable”. Como “malo” caracteriza lo cobarde, lo temeroso, lo débil, mientras que lo “bueno” vendría siendo fuerte y dominante, es decir lo definían a partir del orgullo propio. Todo lo contrario a los esclavos que calificaban de “despreciables” a sus crueles amos, condenando las cualidades de los poderosos y acudiendo a la compasión, la paciencia y la humanidad.
La distinción del “bien y el mal” de Nietzsche, se debe a la intención que tiene de demostrar que no hay una acción con un propósito “malo” o “bueno”, sino que existe una situación, un motivo, y un interés en la vida. Es cuestión de cómo definimos la verdad, si ante nosotros se presenta ese elemento X que queremos joder, por alguna razón pasada que nos hizo “daño”, y realizamos esa acción en su contra totalmente justificada para nosotros, X lo verá como un comportamiento “malo” u “hostil”, porque todo acto tiene una consecuencia que va influir para las dos partes.
Es decir no existe el “bien” y el “mal”, algo “bueno” o “malo”, lo “heroico” ni lo “malévolo”. Mira a King Kong, por ejemplo, todos despreciaban al “malvado” mono gigante, que solo quería atacar y destruir, mientras que desde el punto de vista del espectador solo era un amor imposible, entre el negro calvo de Tras la Huella y Naomi Watts, alguien se saltó un escalón de la evolución.
Aunque todo lo dicho está muy bello, hay que recordar que toda acción tendrá una reacción o consecuencia que influirá en ambas partes, así que no importa cuán nietzscheano/a te creas eso no te da razones para tirarle piedras al judío que vive por tu casa, porque Wilhelm no era un puto antisemita, malditos nazis. Por eso si quieres meterte en un tema tan delicado como este, presta mucha atención y no te tomes todo tan a pecho, para evitar campos de concentración y jabones a lo Ana Frank, justificados por el “mal entendimiento del filósofo loco”.
Nietzsche pretende durante toda su obra criticar a la moral del occidente, atacando los cimientos del cristianismo, anunciando la muerte de Cristo, mostrando las limitaciones que imponía la fe cristiana. Que la creencia en Dios ejerce un carácter de voluntariedad para el individuo. Lo “sagrado”, lo “bueno”, lo “puro” es aquello que está en la Biblia, si lo haces todo “bien” vas al cielo, sino ardes en el infierno. Si desde chiquito te enseñan esto, te depositan un sentimiento de culpa que te oprime puede que durante todo tu vida y te impide vivir en total plenitud.
Entonces si estás decidido a negar la existencia del “bien” y el “mal” o “vas más allá de ellos”, sumérgete en la vida y obra de este pobre melómano que se volvió loco, conviértete en el “superhombre”, descubre y aprende con “Zaratrustra” y deja de sentirte culpable e imponerte límites. Rompe las cadenas que te atan y haz lo que te dé la gana pero no mates por favor, no quiero discutir con Hitler los derechos de autor, y si no quieres ser cristiano, vuélvete todo un nórdico y ve a tomar, violentar y follar al Valhala que seguro está disponible.
A partir de este libro se puede ver cómo los valores están en un constante estado de transmutación, es decir, con el paso del tiempo se van modificando los conceptos de estos, adecuándose a la época, y por tanto se olvidan los prototipos de antaño. Como la cortesía, por ejemplo: estás sentado en una silla, junto a la familia en la cena y te levantas al terminar o picas comida antes de que se ponga la mesa; probablemente tu abuelita/o te dice enseguida que eso en sus tiempos no se hacía y te da perra muela acerca de cosas que tú evidentemente no quieres escuchar. También se puede ver la decadencia de la caballerosidad, desde hombres esbeltos hasta señores muy cansados que cedían su caballo para conferir el asiento a la “damisela”. Como todo, los valores están sometidos a cambios.
Este pensamiento acerca de las diferentes perspectivas de los cambios, da un leve acercamiento a su criterio de “malvado”, anunciando la contrariedad entre lo “bueno” y lo “malo” relacionándolo con el noble y esclavo.
Nietzsche hace una caracterización, categorizándolo con el punto de vista de los bandos. Para el noble el “bien-mal”, equivale a “noble-despreciable”. Como “malo” caracteriza lo cobarde, lo temeroso, lo débil, mientras que lo “bueno” vendría siendo fuerte y dominante, es decir lo definían a partir del orgullo propio. Todo lo contrario a los esclavos que calificaban de “despreciables” a sus crueles amos, condenando las cualidades de los poderosos y acudiendo a la compasión, la paciencia y la humanidad.
La distinción del “bien y el mal” de Nietzsche, se debe a la intención que tiene de demostrar que no hay una acción con un propósito “malo” o “bueno”, sino que existe una situación, un motivo, y un interés en la vida. Es cuestión de cómo definimos la verdad, si ante nosotros se presenta ese elemento X que queremos joder, por alguna razón pasada que nos hizo “daño”, y realizamos esa acción en su contra totalmente justificada para nosotros, X lo verá como un comportamiento “malo” u “hostil”, porque todo acto tiene una consecuencia que va influir para las dos partes.
Es decir no existe el “bien” y el “mal”, algo “bueno” o “malo”, lo “heroico” ni lo “malévolo”. Mira a King Kong, por ejemplo, todos despreciaban al “malvado” mono gigante, que solo quería atacar y destruir, mientras que desde el punto de vista del espectador solo era un amor imposible, entre el negro calvo de Tras la Huella y Naomi Watts, alguien se saltó un escalón de la evolución.
Aunque todo lo dicho está muy bello, hay que recordar que toda acción tendrá una reacción o consecuencia que influirá en ambas partes, así que no importa cuán nietzscheano/a te creas eso no te da razones para tirarle piedras al judío que vive por tu casa, porque Wilhelm no era un puto antisemita, malditos nazis. Por eso si quieres meterte en un tema tan delicado como este, presta mucha atención y no te tomes todo tan a pecho, para evitar campos de concentración y jabones a lo Ana Frank, justificados por el “mal entendimiento del filósofo loco”.
Nietzsche pretende durante toda su obra criticar a la moral del occidente, atacando los cimientos del cristianismo, anunciando la muerte de Cristo, mostrando las limitaciones que imponía la fe cristiana. Que la creencia en Dios ejerce un carácter de voluntariedad para el individuo. Lo “sagrado”, lo “bueno”, lo “puro” es aquello que está en la Biblia, si lo haces todo “bien” vas al cielo, sino ardes en el infierno. Si desde chiquito te enseñan esto, te depositan un sentimiento de culpa que te oprime puede que durante todo tu vida y te impide vivir en total plenitud.
Entonces si estás decidido a negar la existencia del “bien” y el “mal” o “vas más allá de ellos”, sumérgete en la vida y obra de este pobre melómano que se volvió loco, conviértete en el “superhombre”, descubre y aprende con “Zaratrustra” y deja de sentirte culpable e imponerte límites. Rompe las cadenas que te atan y haz lo que te dé la gana pero no mates por favor, no quiero discutir con Hitler los derechos de autor, y si no quieres ser cristiano, vuélvete todo un nórdico y ve a tomar, violentar y follar al Valhala que seguro está disponible.