Usuario Baneado
Nivel 4
- 962
- 2,916
Reflexionando sobre el por qué un escritor es considerado un poeta maldito llegué a distintas conclusiones y a una pregunta: ¿por qué no se habla también de lectores malditos?
De alguna forma sencilla podemos definir el término de escritor maldito. Digamos que es todo aquel que debido a su actitud pública y obra literaria resulta contrario a lo tolerado por la sociedad. Aquí podrían encajar los que fueronen su momento nombrados poetas malditos y todo aquel posterior tanto con características como comportamientos subversivos.
Lo curioso es que no se habla tanto de lectores igual de pedantes dentro de la sociedad. Tal vez sea mi empañado punto de vista, pero noto que a esos lectores la sociedad los mira como pequeños aduladores de obras sin significado o simplemente negativas. Como el amigo suicida al que le brindas una sonrisa y le decís algún comentario sobre lo desagradable de su gusto y lo linda que es la vida. Debido a esto pasan a ser descartados como maldecidos teniendo en cuenta la definición dada antes.
Entonces hacia dónde van mis consideraciones. Pues hasta la afirmación paradójica: sí existen los lectores malditos sean o no maldecidos por la sociedad. ¿Quién puede decir que una mujer no es poetisa? Quedaría desprovista de la cualidad propiamente femenina. Decir que un hombre no es poeta significa despojarlo de la poca femineidad que lo separa de la animalia. Estar maldecido significa otra cosa más profunda y de por sí ser poeta o poetisa intensifica la abertura de esa brecha.
El lector maldecido no es más que aquel lector que se torna adepto de las ideas maldecidas y lea la vida con la visión desequilibrida del poeta maldito.
De alguna forma sencilla podemos definir el término de escritor maldito. Digamos que es todo aquel que debido a su actitud pública y obra literaria resulta contrario a lo tolerado por la sociedad. Aquí podrían encajar los que fueronen su momento nombrados poetas malditos y todo aquel posterior tanto con características como comportamientos subversivos.
Lo curioso es que no se habla tanto de lectores igual de pedantes dentro de la sociedad. Tal vez sea mi empañado punto de vista, pero noto que a esos lectores la sociedad los mira como pequeños aduladores de obras sin significado o simplemente negativas. Como el amigo suicida al que le brindas una sonrisa y le decís algún comentario sobre lo desagradable de su gusto y lo linda que es la vida. Debido a esto pasan a ser descartados como maldecidos teniendo en cuenta la definición dada antes.
Entonces hacia dónde van mis consideraciones. Pues hasta la afirmación paradójica: sí existen los lectores malditos sean o no maldecidos por la sociedad. ¿Quién puede decir que una mujer no es poetisa? Quedaría desprovista de la cualidad propiamente femenina. Decir que un hombre no es poeta significa despojarlo de la poca femineidad que lo separa de la animalia. Estar maldecido significa otra cosa más profunda y de por sí ser poeta o poetisa intensifica la abertura de esa brecha.
El lector maldecido no es más que aquel lector que se torna adepto de las ideas maldecidas y lea la vida con la visión desequilibrida del poeta maldito.