Dark Angel
Nivel 1
- 17
- 19
LAS PERSONAS MÁS HERMOSAS... son raras, diferentes, incoherentes; no se distinguen por la cara, sino por el alma.
Las personas exquisitas no se definen por sus modales, sino por como actúan -sus hilos invisibles- desde el corazón.
Las personas más bellas vienen de un país donde el sol ha secado sus heridas, ahí donde sus lágrimas, al son del tambor que danza la lluvia, han bailado.
Las personas más fascinantes, han bajado tantas veces al infierno, que conocen el camino del cielo, aún vendando los pies del alma.
Las personas extraordinarias, no han nacido envueltas en tules y organzas, sobreviven en lugares sembrados de aulagas y luciérnagas buscando luz; paisajes repletos de cansancios y esperanzas.
Las personas únicas se reinventan cada día de su vida -porque no les queda otra, es eso o morir- con más miedos que valentías.
Las personas espléndidas han aprendido que el tiempo no cura nada y es uno mismo quién decide qué o quién merece una nueva oportunidad. A veces, a base de palos.
Que las cosas buenas pasan a quienes van a por ellas -esta es la teoría- pero aun así, los que menos lo merecen son maltratados por la propia vida y haciendo un esfuerzo para entender la maldita lección, descubren que estarán siempre sentados en los pupitres de la primera fila; no por listos sino por saber que se les está escapando.
Las personas que tienen el color de voz más hermoso saben que en el propio silencio encuentran el mejor maestro.
Y que hay días que desearían despertarse en otra vida, entonces ponen un titulo nuevo a la suya... Cómo si de un libro se tratase.
Mientras muchos usan espejos de cristales para ver su cara, ellos -los extraordinarios- usan la vida para ver su alma.
Saben ya, que a las personas hay que quererlas con la distancia y el “tiempo” necesario, para ver cómo se convierten en el amor de sus vidas.
Las personas exquisitas no se definen por sus modales, sino por como actúan -sus hilos invisibles- desde el corazón.
Las personas más bellas vienen de un país donde el sol ha secado sus heridas, ahí donde sus lágrimas, al son del tambor que danza la lluvia, han bailado.
Las personas más fascinantes, han bajado tantas veces al infierno, que conocen el camino del cielo, aún vendando los pies del alma.
Las personas extraordinarias, no han nacido envueltas en tules y organzas, sobreviven en lugares sembrados de aulagas y luciérnagas buscando luz; paisajes repletos de cansancios y esperanzas.
Las personas únicas se reinventan cada día de su vida -porque no les queda otra, es eso o morir- con más miedos que valentías.
Las personas espléndidas han aprendido que el tiempo no cura nada y es uno mismo quién decide qué o quién merece una nueva oportunidad. A veces, a base de palos.
Que las cosas buenas pasan a quienes van a por ellas -esta es la teoría- pero aun así, los que menos lo merecen son maltratados por la propia vida y haciendo un esfuerzo para entender la maldita lección, descubren que estarán siempre sentados en los pupitres de la primera fila; no por listos sino por saber que se les está escapando.
Las personas que tienen el color de voz más hermoso saben que en el propio silencio encuentran el mejor maestro.
Y que hay días que desearían despertarse en otra vida, entonces ponen un titulo nuevo a la suya... Cómo si de un libro se tratase.
Mientras muchos usan espejos de cristales para ver su cara, ellos -los extraordinarios- usan la vida para ver su alma.
Saben ya, que a las personas hay que quererlas con la distancia y el “tiempo” necesario, para ver cómo se convierten en el amor de sus vidas.