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¿Qué pasaría si el universo tuviera un final? ¿Qué pasaría si todo lo que conocemos, todo lo que hemos creado, todo lo que hemos amado, se desvaneciera en la nada? ¿Qué pasaría si el tiempo se invirtiera y el espacio se contrajera hasta llegar a un punto de singularidad infinita? Esa es la idea detrás de la teoría del gran rebote, una de las posibles explicaciones para el destino final del cosmos.
Según esta teoría, el universo está en un ciclo eterno de expansión y contracción, como un pulmón gigante que respira. Cada ciclo dura miles de millones de años y termina con un gran estallido que da origen a un nuevo universo. Así, nuestro universo sería solo uno más de una serie infinita de universos que han existido y existirán.
Esta teoría tiene sus implicaciones aterradoras. ¿Qué sentido tiene nuestra existencia si somos parte de un ciclo sin principio ni fin? ¿Qué valor tiene nuestro esfuerzo, nuestra creatividad, nuestra moralidad, si todo va a ser borrado, reiniciado y repetido hasta la infinidad? ¿Qué esperanza tenemos de trascender o de encontrar un propósito si estamos condenados a repetir los mismos errores y los mismos sufrimientos?
Tenemos que buscar la verdad, aunque nos duela o nos asuste. Tenemos que vivir con sentido, aunque sea efímero o ilusorio. Porque quizás esa sea la única forma de escapar del gran rebote. Quizás esa sea la única forma de crear algo nuevo y diferente. Quizás esa sea la única forma de dejar una huella en el universo. Quizás esa sea la única forma de ser libres.
Según esta teoría, el universo está en un ciclo eterno de expansión y contracción, como un pulmón gigante que respira. Cada ciclo dura miles de millones de años y termina con un gran estallido que da origen a un nuevo universo. Así, nuestro universo sería solo uno más de una serie infinita de universos que han existido y existirán.
Esta teoría tiene sus implicaciones aterradoras. ¿Qué sentido tiene nuestra existencia si somos parte de un ciclo sin principio ni fin? ¿Qué valor tiene nuestro esfuerzo, nuestra creatividad, nuestra moralidad, si todo va a ser borrado, reiniciado y repetido hasta la infinidad? ¿Qué esperanza tenemos de trascender o de encontrar un propósito si estamos condenados a repetir los mismos errores y los mismos sufrimientos?
Tenemos que buscar la verdad, aunque nos duela o nos asuste. Tenemos que vivir con sentido, aunque sea efímero o ilusorio. Porque quizás esa sea la única forma de escapar del gran rebote. Quizás esa sea la única forma de crear algo nuevo y diferente. Quizás esa sea la única forma de dejar una huella en el universo. Quizás esa sea la única forma de ser libres.