—Mi mamá dice que no debería irme —le susurró la niña a su amigo que estaba agazapado debajo de la cama.

—Pero si ella no sabe que te vas —le contesto esté— Mira…

Y el deforme pero pequeño monstruo salió de abajo de la cama y cambio de forma. Ahora lucía una réplica idéntica a la pequeña.

—Puedo ser tú, y así puedes escapar —le recordó, pero la niña aún tenía dudas.

—Ya lo hemos intentado otras veces, en algunas me castigó por no saber hacer cosas sencillas, me reclamó por no prestar atención y además no hacer bien mis tareas.

—Es que, por más que lo intento no soy perfecto —dijo avergonzado el diablillo — Pero ¿Sabes? si vienes te prometo que valdrá la pena.

—Lo sé pero… debajo de la cama solo hay pesadillas y monstruos, deberías llevarme a un lugar más bonito.

—Los sueños son peores —dijo tomando la forma de un monstruo nuevamente — son cárceles de dónde jamás puedes salir. Sin embargo yo te ofrezco la libertad.

Terminó de decir esto y le extendió la mano, la niña dudó pero finalmente se la dió.

El siempre terminaba convenciendola, y es que en el fondo sabía que tenía razón.
Era preferible habitar pesadillas, y así abandonar por un rato la cárcel que llamaban vida.

La madre no tardó en llamarla, y una réplica muda y distraída de la niña acudió a su encuentro.



PD: Este pertenece a otra colección ? pero me da la gana de publicarlo ahora xD