La impermanencia, y se preguntarán ¿qué es? Aparte de que lleva una explicación muy amplia y sobre todo está sujeto a varios puntos de vista, yo por lo general lo entiendo como, ese continuo cambio, nada es para siempre, ni aquellas cosas nos va bien en la vida, ni las que nos van mal. Pero no es la impermanencia lo que nos hace sufrir, es aquello que deseamos que sean permanentes, y esto aplica a todos los aspectos de nuestras vidas, tanto nivel físico como emocional. Tomemos un ejemplo sencillo, digamos que nuestro cuerpo se encuentran en constante cambio, envejeciendo y renovando células, y, por tanto, nuestras emociones van también cambiando, y vamos experimentando distintos estados de ánimo a lo largo del día. Como esta también se va manifestando en nuestras relaciones, situaciones sociales, porque las personas en sí, entra como lo mismo salen de nuestras vidas, sea por circunstancias o situaciones que nos enseña a cambiar o evolucionar. Nadie, con el paso del tiempo, llega a sentirse igual

Por eso, reconocer y aceptar la impermanencia nos puede ser de una gran herramienta para vivir con mayor gratitud e incluso con sabiduría. Nos ayuda a no aferrarnos demasiado a las cosas materiales o las situaciones, sabiendo que eventualmente cambiarían, porque el ciclo de vida es así, no es algo que dictamos sin más, ni tampoco tenemos que apresar a esa persona o apresaron a nosotros a los nuevos cambios. Porque una vez que aceptes la impermanencia esta nos permitiría apreciar los momentos felices y valorar los momentos difíciles, puesto que todo es temporal. Y no es algo que lo diga tan solo yo, ustedes también pueden observar, ver o hasta disfrutar esos cambios que nos puede ofrecer la impermanencia de la vida. No hace recordar que el cambio es inevitable, que nos debemos adaptar y dejar fluir en él en lugar de resistirnos, nos enseña a vivir el presente, y si no eres de lo que creen en el presente, entonces disfrutar del momento, sabiendo que lo único que realmente tenemos que hacer en esta vida, es avanzar, porque hasta los mapas están en constante movimiento, y puede que esos cambios sean más lento y necesites de una sobrehumana paciencia, pero al final verás que todo cambia, las amistades, las relaciones, los trabajos, los sonidos, hasta tu forma de ver la vida. La verdad del sufrimiento, el origen del sufrimiento, la cesación del sufrimiento, el camino que conduce a la cesación del sufrimiento, nada permanece para siempre, porque así es la inexistencia de nuestro yo.

En fin, la impermanencia de todo en la vida, nos invita y nos insiste abrazar los cambios, ser consciente de la fugacidad de las cosas, y vivir plenamente el presente o el momento. Liberar ese sufrimiento, cultivar la gratitud, y reconocer, sobre todo, que no todo dura para siempre, tan solo debes disfrutar el momento como de manera más consciente y plena posible.

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