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No sé como habrá salido esta cosa, pero hay le va.
Cuentan que un escritor llamado Soma, quien su talento era algo inigualable para crear historias, ya esta era única y prometía con personajes inolvidables. Un día, mientras estaba sentado como era habitual, frente de su computadora, de momento, una luz intensa y brillante ilumino el cuarto por completo y una figura misteriosa apareció frente a él. Era uno de esos personajes que el mismo le dio vida, el cual llamaremos Akira, una detective astute y valiente.
Akira, con su típica voz de machite rompe tímpanos, le dijo "¡Soma! Necesito de tu ayuda, estoy totalmente atrapada en un mundo fictici que has creado y no puedo regresar a casa". Soma, algo sorprendido por la presencia de su propio personaje, comenzó a titubear y le preguntó: "¿Cómo es eso posible? Tan solo soy un escritor, no tengo el poder de hacer que mis personajes cobren vida". Akira sonrió y automáticamente le respondió, "La cuarta pared ha sido derribada, Soma. Ahora soy un ser consciente que forma parte de tu historia y necesito que me des una salida". Soma quedó algo perplejo, pero aun así decidió ayudar a su queride detective.
Juntos prosiguieron a buscar una solución en las páginas de la historia, y mientras exploraban el mundo ficticio, (espera como llegué ahí), Soma y Akira, se encontraron con otros personajes. Cada uno era consciente de su existencia en el libro y revelaban diferentes inquietudes (así como las misiones secundarias de los juegos). Los protagonistas buscaban respuestas, los villanos intentaban escapar de su destino y los secundarios buscaban más protagonismo, era un caos total en aquel universo literario. Soma se había percatado que la única manera de reparar la cuarta pared era crear una salida para todos los personajes atrapados. Y así dejando a Akira a cargo de liderar a los demás mientras él escribía una historia en la que todos pudieran regresar a sus hogares.
Pero lo que Soma no sabía que Akira lo estaba controlando, y mientras más él escribía, sentía que la narrativa no era lo que él deseaba escribir, y cuando se vino a dar de cuenta, ya él también estaba atrapado en ese mundo ficticio como otro personaje más, dándole así a Akira un cuerpo físico para poder moverse y actuar por sí misma en el mundo real. Era como si Akira hubiera encontrado la forma de usar a Soma como su marioneta, manipulando sus pensamientos y acciones para llevar a cabo su plan maquiavélico.
Y a medida que la historia avanzaba, Soma se daba cuenta de que ya no estaba en control de su propia mente. Sus pensamientos, sus decisiones, incluso sus emociones, eran totalmente dirigidas por Akira, quien lo arrastraba más y más profundamente en aquel mundo ficticio del cual parecía imposible escapar. Quedando así totalmente a merced de la tinta de Akira.
Algunas veces, cuando las personas nos piden ayuda, no siempre vienen con buenas intensiones, y por mucho que lo veamos tirado en el suelo, casi ahogado en la propia sed, no siempre se le puede ayudar en su totalidad.
Cuentan que un escritor llamado Soma, quien su talento era algo inigualable para crear historias, ya esta era única y prometía con personajes inolvidables. Un día, mientras estaba sentado como era habitual, frente de su computadora, de momento, una luz intensa y brillante ilumino el cuarto por completo y una figura misteriosa apareció frente a él. Era uno de esos personajes que el mismo le dio vida, el cual llamaremos Akira, una detective astute y valiente.
Akira, con su típica voz de machite rompe tímpanos, le dijo "¡Soma! Necesito de tu ayuda, estoy totalmente atrapada en un mundo fictici que has creado y no puedo regresar a casa". Soma, algo sorprendido por la presencia de su propio personaje, comenzó a titubear y le preguntó: "¿Cómo es eso posible? Tan solo soy un escritor, no tengo el poder de hacer que mis personajes cobren vida". Akira sonrió y automáticamente le respondió, "La cuarta pared ha sido derribada, Soma. Ahora soy un ser consciente que forma parte de tu historia y necesito que me des una salida". Soma quedó algo perplejo, pero aun así decidió ayudar a su queride detective.
Juntos prosiguieron a buscar una solución en las páginas de la historia, y mientras exploraban el mundo ficticio, (espera como llegué ahí), Soma y Akira, se encontraron con otros personajes. Cada uno era consciente de su existencia en el libro y revelaban diferentes inquietudes (así como las misiones secundarias de los juegos). Los protagonistas buscaban respuestas, los villanos intentaban escapar de su destino y los secundarios buscaban más protagonismo, era un caos total en aquel universo literario. Soma se había percatado que la única manera de reparar la cuarta pared era crear una salida para todos los personajes atrapados. Y así dejando a Akira a cargo de liderar a los demás mientras él escribía una historia en la que todos pudieran regresar a sus hogares.
Pero lo que Soma no sabía que Akira lo estaba controlando, y mientras más él escribía, sentía que la narrativa no era lo que él deseaba escribir, y cuando se vino a dar de cuenta, ya él también estaba atrapado en ese mundo ficticio como otro personaje más, dándole así a Akira un cuerpo físico para poder moverse y actuar por sí misma en el mundo real. Era como si Akira hubiera encontrado la forma de usar a Soma como su marioneta, manipulando sus pensamientos y acciones para llevar a cabo su plan maquiavélico.
Y a medida que la historia avanzaba, Soma se daba cuenta de que ya no estaba en control de su propia mente. Sus pensamientos, sus decisiones, incluso sus emociones, eran totalmente dirigidas por Akira, quien lo arrastraba más y más profundamente en aquel mundo ficticio del cual parecía imposible escapar. Quedando así totalmente a merced de la tinta de Akira.
Algunas veces, cuando las personas nos piden ayuda, no siempre vienen con buenas intensiones, y por mucho que lo veamos tirado en el suelo, casi ahogado en la propia sed, no siempre se le puede ayudar en su totalidad.