LA ACTITUD POSITIVA

Había una vez dos personas con los mismos recursos físicos, mentales y económicos, uno maldecía continuamente y se quejaba de todo cuanto le ocurría augurando su mala suerte. El otro aunque los eventos no fueran del todo favorables siempre ve el lado positivo de las cosas y casi siempre encuentra una solución a los problemas, no siempre es la idónea, pero termina dándole solución a sus problemas y aunque no los resuelva una sonrisa adorna su rostro. La historia es procedente de mi imaginación y cualquier perecido con la realidad es pura coincidencia; aunque muchos conozcamos historias como estas o nos veamos reflejados en alguno de los personajes. El hecho es que he utilizado la historia como una forma de adentrarlos en el tema que les quiero comentar.

Según Charles Swindoll "Lo más importante es que cada día tenemos que escoger cuál va a ser la actitud con la cual enfrentaremos ese día. No podemos cambiar nuestro pasado, no podemos cambiar el hecho de que la gente actuará en determinada forma. No podemos cambiar lo inevitable. Lo único que podemos hacer es tocar en la única cuerda que tenemos, y esta cuerda es la actitud. Soy un convencido de que la vida es diez por ciento lo que me sucede y noventa por ciento cómo reacciono a lo que me sucede. Y lo mismo ocurre con usted... NUESTRAS ACTITUDES ESTAN EN NUESTRAS MANOS"

Estamos hablando de la “actitud positiva ante la vida” o el “optimismo”, no hablamos del optimismo loco he irracional hablamos de optimismo bien entendido con una actitud crítica hacia la realidad, hablamos de ser constructivo lo que significa tener expectativas positivas, no simplemente sobre lo que pueda ocurrir, sino sobre lo que uno puede hacer. El psicólogo Viktor Frankl afirmaba “La máxima libertad de un individuo consiste en su capacidad para escoger su actitud ante un conjunto cualquiera de circunstancias”.

Por qué es tan importante una actitud positiva, porque es más agradable estar con una persona optimista, vital, segura de sí misma, que con una persona deprimida, que se siente una víctima. Instintivamente nos agrada la persona que sabe lo que quiere y actúa como si esperara conseguirlo. Si usted desea que la gente lo aprecie, hágale saber que usted espera vencer. Mantenga la cabeza erguida. Mire a la otra persona a los ojos. Camine como si tuviera una meta y estuviera decidido a alcanzarla. He visto a hombres y mujeres cambiar totalmente de personalidad mediante la adopción deliberada de una actitud confiada.

Por otro lado, la falta de una actitud positiva no parece traer ninguna utilidad. Por eso, cada vez que uno se queja de su suerte y piensa que ha de serle imposible, prosperar como otros prosperaron, agrava las dificultades que encuentra en el camino a su felicidad. Vivir con una actitud positiva o con una negativa, entonces, puede establecer la diferencia entre una existencia rica, plena, autorrealizada, o una vida de frustración y desencanto.