En ocasiones debemos hacer de tripas el corazón para terminar una relación, dejar atrás un sueño compartido, puesto que hay cosas que cambian tu imagen de todo lo que creías. No entiendo como entonces comienzan las culpas... sin darnos cuenta que a lo mejor los culpables somos nosotros.
El karma existe, si consigues algo con sacrificios, no dudes en cuidarlo, pero, sigue el camino como si aún no lo tuvieras, «cuando te sientas seguro de algo, es cuando vas a empezar a perderlo». Confiarnos a veces es como darnos un disparo en una pierna, no nos vamos a mover de la misma forma.
Si algo termina, o sino consigues algo, ¿Para qué buscar culpables? Nosotros somos culpables de nuestras victorias, de nuestras derrotas, quizás no nos damos cuenta de que, hay algo, que a veces, por muy pequeño que parezca, nos puede jugar una mala jugada, y a veces, por muy pequeño que sea, nos puede hacer perder totalmente un juego.
Hay una «Justicia Divina» siguiendo nuestros pasos, somos nosotros, los que olvidamos lo quede hacemos, pero ella, viene detrás, paso a paso, devolviendo todo lo que haces, hagas bien, o hagas mal.