Hel Torres
Nivel 1
- 31
- 132
Ayer me crucé contigo y jugué; mejor dicho, jugamos con nuestras vistas un rato.
Nos dijimos mil cosas a través de tantas discretas y fugaces miradas. Nos desnudamos, pero solo el alma. Nos soñamos y besamos sin habernos acercado ni un metro.
Nos saludamos con cientos de "holas" pero jamás nos despedimos ¡Eso nunca fue una opción! Nos casamos, sin pensarlo mucho, y disfrutamos de la más increíble de las lunas de miel, los más tiernos hijos, la más hermosa vejez y la más maravillosa de las vidas.
Alcanzamos, en ese instante en que nuestras pupilas hicieron contacto, el más platónico y angelical de los éxtasis.
Lo que tuvimos, hasta el segundo en que pasamos de largo junto al otro, fue el más puro de los destinos imaginarios trazados ingenuamente entre dos almas gemelas.
Nos dijimos mil cosas a través de tantas discretas y fugaces miradas. Nos desnudamos, pero solo el alma. Nos soñamos y besamos sin habernos acercado ni un metro.
Nos saludamos con cientos de "holas" pero jamás nos despedimos ¡Eso nunca fue una opción! Nos casamos, sin pensarlo mucho, y disfrutamos de la más increíble de las lunas de miel, los más tiernos hijos, la más hermosa vejez y la más maravillosa de las vidas.
Alcanzamos, en ese instante en que nuestras pupilas hicieron contacto, el más platónico y angelical de los éxtasis.
Lo que tuvimos, hasta el segundo en que pasamos de largo junto al otro, fue el más puro de los destinos imaginarios trazados ingenuamente entre dos almas gemelas.