Había sido a los 13 o 14 por primera vez, mi reflejo me pareció raro y me asusté.
Cómo consecuencia tuve algunas visitas al médico y un turno olvidado que supuestamente aclararía todo.

Así cuando el dolor de cabeza era muy fuerte, o sencillamente la migraña se salía de control mi reflejo volvía a acosarme.
Tenía ojos raros, era lo que siempre resaltaba, pero había más, era como si estuviera segura que no era mío, mis movimientos lo eran pero a través de los ojos veía su alma y no se parecía en nada a mi.

Al inicio realizaba cuando mucho, visitas furtivas, y todo a mi alrededor parecía desconocido, tan raro como mi propio reflejo.
Pero tiempo después el estúpido reflejo empezó a hablar. Bueno, más bien yo le permiti hablar, tenía muchas voces en mi mente, pero esa era diferente.

Estaba en un momento de esos que quería ver el mundo arder, así que empecé a jugar con fuego.

Sabía invocarlo; demasiado alcohol, demasiado sol, demasiadas emociones, demasiado estrés.
Así volvía a aparecer, me dedique a darle forma, le di una personalidad y dibuje su rostro, que a la vez era el mío, pero había una diferencia; sus ojos.

A la mayoría de las personas les asustaba el color rojo, los ojos rojos, para mi el color azul parecía más de locos.
Finalmente le di un nombre, y entonces me di cuenta que le conocía, era como si siempre cuando miraba su reflejo hubiera visto todas esas cosas, por eso era que la intuición me llevaba a temerle.

Le dejé desandar a sus anchas por mi mente, ¿Cómo se vería cierta persona sin piel? ¿Y si el mundo fuera distinto? ¿Los monstruos en verdad no existen?... Todo daba igual porque en la mente nada era imposible.

Pero cada día pedía más, demasiado, como si quisiera salir del espejo y adueñarse de mi.
Una vez tuve un sueño y pude ver el monstruo en que me estaba convirtiendo, cómo sería la vida si le diera por completo el control, y no me gustó nada.

Así que me detuve, no compré más vino, no mire más el sol sin gafas, y cuándo por casualidad veía el reflejo en el espejo volteaba la cara, y ponía música para ignorar el zumbido de su voz en mi mente.

Volví a vivir y respirar libre de su agonica voz, de sus pensamientos funestos, recuperé mi antigua vida y forma de ser.

Al menos hasta ahora, está semana habían sido unos días de mierda, cómo siempre en esta época del año.
Nada que un par de botellas no pudieran resolver.

Sin embargo el reflejo nunca vino a visitarme, lo recordé de pasada cuando mi abuela me dijo que : "se me veían los ojos azulados" "WTF" le contesté. Debí haber sabido que era un presagió.

Hoy había sido guay, había ido de fiesta con unos amigos y me había olvidado de mis problemas. "Ya, pasó la mala racha, no más tormentos" me aseguré.

Pero en la noche volví a tener ese estúpido sueño del que siempre despertaba con ganas de suicidarme.

Me levanté como solía hacer, una pastilla, revisé mis mensajes y me fui a dormir, pero antes de acostarme algo me llamo la atención en el espejo.

"Era yo" me intenté convencer en vano, hasta que caí en cuenta de que mis ojos se habían vuelto azules.

Estaba claro que era un sueño, de esos de los no despiertas sino que son un bucle; lo que pasó a continuación me lo confirmó.

Mi mano se elevó como un resorte, y me puse un cuchillo en el cuello. ¿En qué momento había tomado el cuchillo en la cocina? ¿Mientras buscaba las pastillas? No tenía sentido, era solo un sueño.

Me molestaba que quisiera salirse con la suya como siempre, así que intente bajar la mano con fuerza, y lo estaba logrando...hasta que empezó a hablar.

Sabía que decir, conocía mi mente. Con cada palabra lograba que las pocas esperanzas que había empezado a albergar en los últimos tiempos desaparecieran. El mundo volvía a ser oscuro, la humanidad la culpable, su aura me envolvió cómo un manto y cuándo no me resistí más...bajo la mano.

Miré sorprendida esos ojos que no eran míos y aparecieron arruguitas en ellos, sonreía.
No me dió tiempo interpretar aquello.

El cuchillo cortó de uno solo mi muñeca abriendo una larga herida sangrante que dolía cómo el demonio. Proferí un grito y odie al reflejo con todo mi ser.

«Picazos de hormigas, tenía que ser eso porque el dolor se sentía tan fuerte, solo era mi mente jugando mientras dormía.»

Necesitaba volver a despertarme, empecé a pelliscarme, tendría que funcionar. Pero quién se despertó fue mi madre, que somnolienta entró a la habitación y se quedó pasmada.

La ambulancia, los médicos, los sueros ya no me parecían un sueño, estaba despierta.

Son las 12:59 ya, no entiendo cómo hace poco iba a dormir tan feliz luego de una tarde genial y ahora estoy aquí, y lo peor no es que me escueza la herida o me sienta débil.

Lo peor es que he estado mirando el cristal que queda al lado de mi camilla desde que llegué y el reflejo no se ha ido ni un minuto.
El reloj cambia a la 1:00 a.m y un rostro que no es mío empieza a sonreír.



PD: Diosmio esto es lo más raro que he escrito aiuda jashwhqjaua
PD2: Uso excesivo de comas? Si ya sé XD soy un alma en desgracia.
PD3: No entendieron nada como de costumbre? Xd ???
PD4: Sentios libres de publicar aquí cualquier cuento o historia vuestra xD
PD5: Pensaba publicarlo anoche a la 1 a.m jasjjsj pero por motivos del gym no pude ? hubiera quedado épico.