- 970
- 1,985
Revisando las redes sociales esta mañana me encontrado con cierto artículo, y me gustaría dar mi opinión sobre estos asuntos.
Intentaré poner las cosas en perspectiva, para quien no esté familiarizado.
Términos ampliamante usados en informática como "master", "slave" y "blacklist" son ahora considerados malas palabras por las grandes corporaciones, debido a que (sic) evocan la exclavitud. Ejemplos abundan: GitHub -propiedad de Micro$oft- ha reemplazado el nombre por defecto de sus repositorios -"master"- por "main", ZFS -un sistema de archivos para discos duros- removiendo "slave" de su código (quien conozca sobre IDE entenderá)... Y ahora nada menos que la IETF se ha unido a la cruzada de la generación del cristal contra la cordura.
La justificación: apoyo a Black Lives Matters y a la "justicia" racial.
Supongo todo ese esfuerzo y dinero invertido en eliminar un racismo percibido -pero no los bugs- en el código es un duro golpe contra los neo-nazis /s
Ahora hablaré sobre el fascístico Contributor Covenant, una aberración perpetrada por alguien que insiste en que la diversidad y la justicia social, en lugar del mérito sean los pilares de las comunidades de software libre y de código abierto. Hace énfasis en el uso de un leguaje inclusivo y describe como infracciones un lenguaje vulgar o con connotaciones sexuales, un pronombre incorrecto hacia una persona trans o "no-binaria" (véase ideología de género), entre "otras conductas que puedan ser razonablemente consideradas inapropiadas en un entorno profesional". Esto se aplica a todos los espacios de la comunidad y establece tomar medidas contra los líderes de ésta que fallen en aplicarlo.
A esta locura se han sumado Google, Microsoft, Mozilla, Linux, Debian, FreeBSD, Python y muchos otros.
Podría parecer que todo esto no es la gran cosa, pero se está llegando al punto en que ser políticamente correcto es más importante que la calidad del código, y nada bueno puede salir de ello. No estoy exagerando: Muchos programadores han sido baneados de contribuir a Debian y otros proyectos, no por el código, sino por comportamientos que según el Contributor Covenant son ofensivos, y algunos de excelentes habilidades han abandonado por su cuenta. Otros tantos amenazaban con retirar sus contribuciones a Linux, y aunque realmente no podían debido a la GPL, le ha costado contribuidores.
Para resumir: la informática, y especialmente la programación no deberían mezclarse con la política, mucho menos con la "cultura" woke.
Intentaré poner las cosas en perspectiva, para quien no esté familiarizado.
Términos ampliamante usados en informática como "master", "slave" y "blacklist" son ahora considerados malas palabras por las grandes corporaciones, debido a que (sic) evocan la exclavitud. Ejemplos abundan: GitHub -propiedad de Micro$oft- ha reemplazado el nombre por defecto de sus repositorios -"master"- por "main", ZFS -un sistema de archivos para discos duros- removiendo "slave" de su código (quien conozca sobre IDE entenderá)... Y ahora nada menos que la IETF se ha unido a la cruzada de la generación del cristal contra la cordura.
La justificación: apoyo a Black Lives Matters y a la "justicia" racial.
Supongo todo ese esfuerzo y dinero invertido en eliminar un racismo percibido -pero no los bugs- en el código es un duro golpe contra los neo-nazis /s
Ahora hablaré sobre el fascístico Contributor Covenant, una aberración perpetrada por alguien que insiste en que la diversidad y la justicia social, en lugar del mérito sean los pilares de las comunidades de software libre y de código abierto. Hace énfasis en el uso de un leguaje inclusivo y describe como infracciones un lenguaje vulgar o con connotaciones sexuales, un pronombre incorrecto hacia una persona trans o "no-binaria" (véase ideología de género), entre "otras conductas que puedan ser razonablemente consideradas inapropiadas en un entorno profesional". Esto se aplica a todos los espacios de la comunidad y establece tomar medidas contra los líderes de ésta que fallen en aplicarlo.
A esta locura se han sumado Google, Microsoft, Mozilla, Linux, Debian, FreeBSD, Python y muchos otros.
Podría parecer que todo esto no es la gran cosa, pero se está llegando al punto en que ser políticamente correcto es más importante que la calidad del código, y nada bueno puede salir de ello. No estoy exagerando: Muchos programadores han sido baneados de contribuir a Debian y otros proyectos, no por el código, sino por comportamientos que según el Contributor Covenant son ofensivos, y algunos de excelentes habilidades han abandonado por su cuenta. Otros tantos amenazaban con retirar sus contribuciones a Linux, y aunque realmente no podían debido a la GPL, le ha costado contribuidores.
Para resumir: la informática, y especialmente la programación no deberían mezclarse con la política, mucho menos con la "cultura" woke.
Última edición: