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Indios salvajes y asesinos en Cuba. Vueltabajo,por ahí pasaron.

YINGYANG

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Hasta hoy no sabía que habíamos tenido indios salvajes y asesinos en nuestro país. Desde niña he escuchado que nuestros indios eran pacíficos,por eso mismo se extinguieron,no estaban civilizados,etc. Hoy he leido un artículo sobre la presencia de indios guerreros en Cuba, que conste que no eran cubanos pero estuvieron aquí y dejaron sus huellas. Aquí se los dejo.

Todo comenzó en el norte de México, donde a más de dos siglos de la llegada de los españoles, continuaban las pugnas entre los colonizadores y algunos pueblos guerreros que se negaban a someterse.

La tenaz resistencia de aquellos “indios de guerra”, como les llamaban los conquistadores, llevo al poder español a enviar a cientos de ellos hacia La Habana, condenados a realizar trabajos forzados, para alejarlos del territorio continental.


Si bien a las mujeres y los niños, no les quedó otro remedio que resignarse a su nueva vida, la naturaleza rebelde de aquellos grupos originarios, los impulsó a intentar la fuga una y otra vez.


Más de uno lo consiguió, para buscar refugio en el monte y las cuevas que también habían servido de hogar a los aborígenes cubanos.

El historiador Armando Abreu (ya fallecido), el primer investigador en acercarse a este tema, relata que a diferencia de los cimarrones africanos, que huían de sus captores y evitaban cualquier encuentro con ellos, los prófugos chichimecos (denominación recibida por aquellos pueblos del norte mexicano) reaccionaban al revés. “Ni siquiera esperaban a ser agredidos, sino que eran los primeros en atacar (…) y pasaban con una gran facilidad de perseguidos a perseguidores”, refiere Abreu.

La más espectacular de todas las historias que se recogen en los archivos, es la del Indio Grande y el Indio Chico, bautizados así, por su físico, quienes se movieron por territorio pinareño durante más de 10 años, y llegaron a comandar un grupo integrado por otros evadidos provenientes de México y por esclavos africanos.


No fueron los únicos que operaron en la región, pero sí los que más sobresalieron por su crueldad y sus excesos.

Se afirma que eran muy hábiles con el arco, que usaban flechas cuyas puntas eran confeccionadas con fragmentos de botellas de vino, y que atacaban constantemente tanto a civiles, como a los grupos armados que se habían organizado para perseguirlos.

En diciembre de 1801, en la hacienda de La Chorrera, ultiman a un adolescente de 11 años… En febrero de 1802, en San Simón de las Cuchillas, matan al encargado de la administración de la hacienda… Ese mismo mes, incendian una hacienda en La Jaula, y hieren de un flechazo a un miembro de la partida que trata de capturarlos…


En total, serían por lo menos 23 crímenes y 13 personas heridas, 93 haciendas saqueadas y con destrozos, y 18 abandonadas.


Hacia 1803, luego de largos años de persecución y enfrentamientos, el Indio Grande cae en Consolación del Norte, durante un combate contra una de las partidas que los buscaban y par de años después, los reportes de las andanzas de la temible banda empiezan a hacerse cada vez más esporádicos, hasta que no se vuelve a saber de ella. La persecución cesa y el tema se cierra en medio de un profundo misterio.


No fue hasta finales del 2019 que, en uno de los documentos consultados en el Archivo de Indias, el doctor Jorge Freddy halló el testimonio de un cimarrón africano que integró el grupo, quien confesaba haber dado muerte una noche al Indio Chico, por las tensiones surgidas entre ambos, en fecha no precisada entre 1808 y 1810.


Así terminaba la historia de la más temida de todas las bandas de los indios feroces de Vueltabajo, y nacía una leyenda que ha perdurado hasta nuestros días.
 
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