joseo
Nivel 1
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Según el artículo publicado en 1952 en la revista Semanario Católico San Antonio, escrito por Juan Luis Martín Corona, se escribe que según la tradición y pruebas documentales recogidas por el capellán Fonseca, determinan que la imagen de la Virgen de la Caridad, es recogida por tres hombres que fueron a recoger sal a la península de Entresacos, en las salinas de la bahía de Nipe.
Dicho hallazgo se efectuó en la desembocadura del Río Mayarí, esos hombres iban del Hato de Barajagua la Vieja, situado cerca del Río Cauto, al nordeste de Bayamo, hasta el curso del río, por el cual se descendía después a la bahía de Nipe.
Crónicas de la época recogen los recuerdos de Juan Moreno, quien ya en su octava década, relató; y cito:
Habiendo ranchado en cayo Francés que está en medio de la bahía de Nipe para con buen tiempo ir a la salina, estando una mañana la mar calma salieron de dicho cayo antes de salir el sol, los dichos Juan y Rodrigo de Hoyos y este declarante, embarcados en una canoa para dicha salina, y apartados de dicho cayo Francés vieron una cosa blanca sobre la espuma del agua, que no distinguieron lo que podía ser, y acercándose más les pareció pájaro y ramas secas. Dijeron dichos indios parece una niña, y en estos discursos, llegados, reconocieron y vieron la imagen de Nuestra Señora la Virgen Santísima con el Niño Jesús en los brazos sobre una tablita pequeña, y en dicha tablita unas letras grandes las cuales leyó dicho Rodrigo de Hoyos, y decían: «Yo soy la Virgen de la Caridad», y siendo sus vestiduras de ropaje, se admiraron que no estaban mojadas….
Luego del hallazgo, la Virgen fue trasladada al Hato de Barajagua en donde se encontraban las autoridades de aquel lugar, más tarde, ante la preocupación por las continuas desapariciones de la Virgen, su segunda estación sería el poblado Real de Minas, en las minas de Santiago del Prado muy cerca de la villa de Santiago de Cuba, donde se abre una de las mayores vetas de cobre a cielo abierto de América, para ser llevada luego, en el año 1648, a una nueva ermita construida en lo alto de la serranía de las minas. Los vecinos recibieron el hallazgo como una buena señal del cielo y construyeron de inmediato la ermita para que sirviera de templo a la imagen de la Virgen. Al borde de la mina, los mineros levantaron el primer santuario, en el mismo sitio donde hoy se encuentra la iglesia que conserva aquella imagen de la Virgen encontrada.
Por lo cual, 8 de septiembre de cada año se celebra en Cuba el día de la Virgen de la caridad del Cobre.
Dicho hallazgo se efectuó en la desembocadura del Río Mayarí, esos hombres iban del Hato de Barajagua la Vieja, situado cerca del Río Cauto, al nordeste de Bayamo, hasta el curso del río, por el cual se descendía después a la bahía de Nipe.
Crónicas de la época recogen los recuerdos de Juan Moreno, quien ya en su octava década, relató; y cito:
Habiendo ranchado en cayo Francés que está en medio de la bahía de Nipe para con buen tiempo ir a la salina, estando una mañana la mar calma salieron de dicho cayo antes de salir el sol, los dichos Juan y Rodrigo de Hoyos y este declarante, embarcados en una canoa para dicha salina, y apartados de dicho cayo Francés vieron una cosa blanca sobre la espuma del agua, que no distinguieron lo que podía ser, y acercándose más les pareció pájaro y ramas secas. Dijeron dichos indios parece una niña, y en estos discursos, llegados, reconocieron y vieron la imagen de Nuestra Señora la Virgen Santísima con el Niño Jesús en los brazos sobre una tablita pequeña, y en dicha tablita unas letras grandes las cuales leyó dicho Rodrigo de Hoyos, y decían: «Yo soy la Virgen de la Caridad», y siendo sus vestiduras de ropaje, se admiraron que no estaban mojadas….
Luego del hallazgo, la Virgen fue trasladada al Hato de Barajagua en donde se encontraban las autoridades de aquel lugar, más tarde, ante la preocupación por las continuas desapariciones de la Virgen, su segunda estación sería el poblado Real de Minas, en las minas de Santiago del Prado muy cerca de la villa de Santiago de Cuba, donde se abre una de las mayores vetas de cobre a cielo abierto de América, para ser llevada luego, en el año 1648, a una nueva ermita construida en lo alto de la serranía de las minas. Los vecinos recibieron el hallazgo como una buena señal del cielo y construyeron de inmediato la ermita para que sirviera de templo a la imagen de la Virgen. Al borde de la mina, los mineros levantaron el primer santuario, en el mismo sitio donde hoy se encuentra la iglesia que conserva aquella imagen de la Virgen encontrada.
Por lo cual, 8 de septiembre de cada año se celebra en Cuba el día de la Virgen de la caridad del Cobre.