B
BLACK SCORPION
Invitado
Con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos de París 2024, es imposible no rendir un homenaje a una de las potencias más sorprendentes y poco reconocidas en la historia de la natación sincronizada,canotaje y carrera de ruta: ¡Cuba! Sí, así es. Aunque no se hable del tema en las grandes pantallas ni en los noticieros, miles de cubanos han establecido récords históricos en estas disciplinas, a menudo en circunstancias que harían palidecer al Comité Olímpico.
Imagínense a nuestros atletas cubanos, con sus trajes de baño a rayas, practicando saltos acrobáticos alzando el vuelo sobre las olas del Caribe. No hay duda de que los cubanos son los verdaderos campeones. No solo se lanzan al agua con gracia; también logran salir de ella mientras la corriente intenta llevarlos hacia el norte, todo en perfecta sincronización. Si alguna vez necesitábamos un equipo olímpico de nado sincronizado en el mar, aquí lo teníamos: una coreografía asombrosa de supervivencia, con cada brazada coordinada como un esfuerzo colectivo por alcanzar la libertad.
No olvidemos el canotaje. Cuba, el país de los botes improvisados y las lanchas rápidas. ¿Quién diría que entre las olas se gestaría una nueva disciplina olímpica? Los migrantes cubanos han creado toda una escuela de técnicas en su travesía hacia el norte, utilizando cualquier cosa que flote, desde neveras hasta tubos de cartón. En cada salida al mar, están a solo unos remos de inscribir un nuevo récord en el libro de la resistencia humana.
Y en cuanto a la carrera de ruta, la lista de récords es aún más impactante. Cada cubano que se aventura a cruzar la Frontera Mexicana es un atleta en potencia. Con cada kilómetro recorrido por tierra o mar, hay una historia de determinación. Correr hacia la esperanza, dejando atrás un paisaje de incertidumbre, prueba que el verdadero espíritu olímpico reside en aquellos que, desafiando corrientes y olas, se esfuerzan por alcanzar su meta: ¡una vida mejor!
Pero más allá de la ironía de este homenaje, hay una dura realidad. Esta "potencia" no se mide en medallas, sino en sacrificios y decisiones difíciles. Cada uno de estos atletas de la vida real ha hecho innumerables sacrificios. Sus trayectorias nunca estarán en la portada de una revista deportiva, pero su fuerza, resiliencia y determinación son dignas de un lugar en el podio olímpico del corazón.
Así que, mientras el mundo se prepara para ver a los atletas de élite compitiendo por la gloria en París, no olvidemos a aquellos que, a través de sus propias olas y caminos, han demostrado que el espíritu del deporte se encuentra en la lucha diaria por la libertad y la dignidad. Puede que no veamos a la delegación cubana en el podio, pero en cada brazada y en cada paso que dan esos emigrantes, hay un record histórico que desafía al mundo.
Así que recordemos que, en la gran competencia de la existencia, todos somos, en cierto modo, atletas. Aunque a muchos no les otorguen medallas, llevan en su corazón la certeza de que cada intento vale la pena. Verdaderos Campeones o no si que enfrentan jugar con la realidad todos los días!
ROBPM & OBSCURE_SHAPE
Imagínense a nuestros atletas cubanos, con sus trajes de baño a rayas, practicando saltos acrobáticos alzando el vuelo sobre las olas del Caribe. No hay duda de que los cubanos son los verdaderos campeones. No solo se lanzan al agua con gracia; también logran salir de ella mientras la corriente intenta llevarlos hacia el norte, todo en perfecta sincronización. Si alguna vez necesitábamos un equipo olímpico de nado sincronizado en el mar, aquí lo teníamos: una coreografía asombrosa de supervivencia, con cada brazada coordinada como un esfuerzo colectivo por alcanzar la libertad.
No olvidemos el canotaje. Cuba, el país de los botes improvisados y las lanchas rápidas. ¿Quién diría que entre las olas se gestaría una nueva disciplina olímpica? Los migrantes cubanos han creado toda una escuela de técnicas en su travesía hacia el norte, utilizando cualquier cosa que flote, desde neveras hasta tubos de cartón. En cada salida al mar, están a solo unos remos de inscribir un nuevo récord en el libro de la resistencia humana.
Y en cuanto a la carrera de ruta, la lista de récords es aún más impactante. Cada cubano que se aventura a cruzar la Frontera Mexicana es un atleta en potencia. Con cada kilómetro recorrido por tierra o mar, hay una historia de determinación. Correr hacia la esperanza, dejando atrás un paisaje de incertidumbre, prueba que el verdadero espíritu olímpico reside en aquellos que, desafiando corrientes y olas, se esfuerzan por alcanzar su meta: ¡una vida mejor!
Pero más allá de la ironía de este homenaje, hay una dura realidad. Esta "potencia" no se mide en medallas, sino en sacrificios y decisiones difíciles. Cada uno de estos atletas de la vida real ha hecho innumerables sacrificios. Sus trayectorias nunca estarán en la portada de una revista deportiva, pero su fuerza, resiliencia y determinación son dignas de un lugar en el podio olímpico del corazón.
Así que, mientras el mundo se prepara para ver a los atletas de élite compitiendo por la gloria en París, no olvidemos a aquellos que, a través de sus propias olas y caminos, han demostrado que el espíritu del deporte se encuentra en la lucha diaria por la libertad y la dignidad. Puede que no veamos a la delegación cubana en el podio, pero en cada brazada y en cada paso que dan esos emigrantes, hay un record histórico que desafía al mundo.
Así que recordemos que, en la gran competencia de la existencia, todos somos, en cierto modo, atletas. Aunque a muchos no les otorguen medallas, llevan en su corazón la certeza de que cada intento vale la pena. Verdaderos Campeones o no si que enfrentan jugar con la realidad todos los días!
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