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Invitado
En Cuba, los primeros indicios de penetración de la cultura Hip Hop datan de finales de la década del 70 y principios de la de los 80 del siglo XX, cuando el rap y el breakdance se introdujeron en la isla; pero no fue sino hasta los primeros años de la década de los 90 que el Hip Hop emergió como movimiento cultural. Inicialmente, el rap que se hacía en nuestro país era el resultado de una reproducción mimética del modelo estadounidense.
Con el decursar del tiempo se produjo una cubanización de dicho modelo, adaptándose a nuestra realidad desde el punto de vista temático y formal. Para estudiar y entender el Hip Hop es necesario comprender el peso que tiene la marginalidad dentro de él, pues justifica, en gran medida, el modo de actuar de sus seguidores. Según Mayra Espina, en Mesa Redonda realizada sobre el tema: el propio término marginalidad parte de enfatizar la ubicación de determinados grupos sociales en los márgenes de un sistema, con lo cual se establece una relación centro-periferia que provoca la aparición de modos de expresión diferentes. Si la relación establecida entre ambos grupos es de tensión, la relación entre sus modos de expresión también lo será.
Citando nuevamente a Mayra Espina tenemos que la definición de lo marginal entraña una relación de poder que culturalmente excluye a otro, y que define lo que es legítimo, normal, correcto. En este sentido, debemos entender que la realidad perteneciente a la periferia está fuera de lo que se concibe dentro de los marcos de lo normal o correcto.
La relación entre Hip Hop y marginalidad hace que el lenguaje del rap pueda ser analizado a la luz de las teorías sobre antilenguajes, pues ambas son nociones que se complementan. Un antilenguaje suele surgir donde existe un proceso de marginalidad, sirviéndole de expresión en tanto esta supone, generalmente, el surgimiento de una realidad alternativa.
A partir de las ideas planteadas por M.A.K Halliday en El lenguaje como semiótica social se podría definir un antilenguaje, en primera instancia, como producto de una antisociedad, cuyo modo de expresión va contra lo establecido. El antilenguaje no es aprendido o adquirido sino creado por el hombre sobre la base del lenguaje común con un fin que va más allá de la mera comunicación y que tiene sus bases en la autoafirmación del individuo y en el intento de brindarle la identidad y el reconocimiento que le son negados. Así podemos decir que el antilenguaje resemantiza, relexicaliza e, incluso, refuncionaliza el lenguaje común.
Hip Hop
Podríamos, entonces, considerar como expresiones de antilenguajes el habla de todos los grupos que están en la periferia. Por ejemplo, los gays, los negros, los delincuentes y los estudiantes. El alcance de los grupos que poseen el poder de delimitar lo que es aceptado se extiende a todas las esferas sociales, incluida la música, donde tenemos como ejemplo a los rockeros y raperos, que constituyen modos diferentes de rebelarse contra determinada música o ideología.
Este trabajo constituye un acercamiento a la relación existente en los textos de rap entre marginalidad, código gestual y lenguaje articulado.
ando para ello un registro popular y/o vulgar.e
Con el decursar del tiempo se produjo una cubanización de dicho modelo, adaptándose a nuestra realidad desde el punto de vista temático y formal. Para estudiar y entender el Hip Hop es necesario comprender el peso que tiene la marginalidad dentro de él, pues justifica, en gran medida, el modo de actuar de sus seguidores. Según Mayra Espina, en Mesa Redonda realizada sobre el tema: el propio término marginalidad parte de enfatizar la ubicación de determinados grupos sociales en los márgenes de un sistema, con lo cual se establece una relación centro-periferia que provoca la aparición de modos de expresión diferentes. Si la relación establecida entre ambos grupos es de tensión, la relación entre sus modos de expresión también lo será.
Citando nuevamente a Mayra Espina tenemos que la definición de lo marginal entraña una relación de poder que culturalmente excluye a otro, y que define lo que es legítimo, normal, correcto. En este sentido, debemos entender que la realidad perteneciente a la periferia está fuera de lo que se concibe dentro de los marcos de lo normal o correcto.
La relación entre Hip Hop y marginalidad hace que el lenguaje del rap pueda ser analizado a la luz de las teorías sobre antilenguajes, pues ambas son nociones que se complementan. Un antilenguaje suele surgir donde existe un proceso de marginalidad, sirviéndole de expresión en tanto esta supone, generalmente, el surgimiento de una realidad alternativa.
A partir de las ideas planteadas por M.A.K Halliday en El lenguaje como semiótica social se podría definir un antilenguaje, en primera instancia, como producto de una antisociedad, cuyo modo de expresión va contra lo establecido. El antilenguaje no es aprendido o adquirido sino creado por el hombre sobre la base del lenguaje común con un fin que va más allá de la mera comunicación y que tiene sus bases en la autoafirmación del individuo y en el intento de brindarle la identidad y el reconocimiento que le son negados. Así podemos decir que el antilenguaje resemantiza, relexicaliza e, incluso, refuncionaliza el lenguaje común.
Hip Hop
Podríamos, entonces, considerar como expresiones de antilenguajes el habla de todos los grupos que están en la periferia. Por ejemplo, los gays, los negros, los delincuentes y los estudiantes. El alcance de los grupos que poseen el poder de delimitar lo que es aceptado se extiende a todas las esferas sociales, incluida la música, donde tenemos como ejemplo a los rockeros y raperos, que constituyen modos diferentes de rebelarse contra determinada música o ideología.
Este trabajo constituye un acercamiento a la relación existente en los textos de rap entre marginalidad, código gestual y lenguaje articulado.
ando para ello un registro popular y/o vulgar.e