Puki?
Nivel 0
- 8
- 3
—Me temo, señorita, que tendré que «castigarte». —Puedo oír el entrecomillado de la palabra con puro goce en la inflexión de su voz.
—¿Castigarme? —«¿Qué?»—. No... ¿Por qué?... ¿Qué he hecho mal?
—Por invadir mi espacio, mi intimidad... ¿Te parece poco?
Asiento con temor.
En ese instante abre el grifo de la bañera y deja correr el agua a su mayor caudal.
—Vas a introducirte en la bañera. Te vas a tumbar bocarriba, abrirás las piernas, colocarás tu sexo debajo del chorro del agua, y esperarás a que yo vuelva.
Mis ojos perfilados de miedo y pasión relampaguean, y se afilan con incredulidad.
—¡Ya, Leticia! —me ordena con dulzura e impaciencia.
Tan solo frunzo el ceño y entro en la bañera. Después, me siento, deslizo mis glúteos por la cerámica mojada, me tumbo y sitúo mi sexo lo más cerca del chorro de agua.
—Así mejor —dice al ver mi sexo golpeado de lleno por el agua. Siento la presión y un calambre electrizante recorrer mi cuerpo—. No puedes correrte. —Me dedica una sonrisa socarrona y maléfica—. Leticia, este será parte de tu castigo.
—¿Y si no lo consigo? —Mis ojos se inundan de impotencia porque no me veo capaz.
—Te azotaré —dice como tal cosa—.
—¿Castigarme? —«¿Qué?»—. No... ¿Por qué?... ¿Qué he hecho mal?
—Por invadir mi espacio, mi intimidad... ¿Te parece poco?
Asiento con temor.
En ese instante abre el grifo de la bañera y deja correr el agua a su mayor caudal.
—Vas a introducirte en la bañera. Te vas a tumbar bocarriba, abrirás las piernas, colocarás tu sexo debajo del chorro del agua, y esperarás a que yo vuelva.
Mis ojos perfilados de miedo y pasión relampaguean, y se afilan con incredulidad.
—¡Ya, Leticia! —me ordena con dulzura e impaciencia.
Tan solo frunzo el ceño y entro en la bañera. Después, me siento, deslizo mis glúteos por la cerámica mojada, me tumbo y sitúo mi sexo lo más cerca del chorro de agua.
—Así mejor —dice al ver mi sexo golpeado de lleno por el agua. Siento la presión y un calambre electrizante recorrer mi cuerpo—. No puedes correrte. —Me dedica una sonrisa socarrona y maléfica—. Leticia, este será parte de tu castigo.
—¿Y si no lo consigo? —Mis ojos se inundan de impotencia porque no me veo capaz.
—Te azotaré —dice como tal cosa—.