Shila
Nivel 4
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Ella pensó diferente y él se asustó...
Él le dijo que había cambiado, que ya no era la misma...
Ella no contestó y siguió escuchando su monólogo...
Él siguió reclamándole...
Le dijo tantas cosas, que ella al principio quedó confundida y casi se siente culpable.
Sin embargo llegó su turno de hablar y habló.
“Yo sigo siendo la misma mujer de siempre, con los mismos sentimientos de amor, lealtad, fidelidad...
Sigo creyendo en el amor a la antigua.
Pero decidí variar algunas cosas y entre esas mi modo tonto de amar a quien no me merece.
Por eso llegó el día en que comencé a decir lo que sentía sin temor a la opinión ajena.
Llegó el día que comencé a vestirme diferente dándome cuenta qué aún soy joven.
Y que el simple hecho de haberme convertido en madre no me hace inferior al resto de las mujeres.
Llegó el día en que ya no tuve miedo de si te gustaba o no ni peinado porque ya tenía la opinión del espejo.
Llegó el día en que usé mi perfume favorito aunque este te pareciera muy dulce o escandaloso.
Llegó el día de comer lo que me gusta sin temor a que me me dijeras: cuidado vas a engordar y así no me vas a a gustar... porque llegó el día en que yo si me guste cuando me vi.
Llegó el día en que dejé de adorarte para comenzar a amarme.
Entonces llegó el día en que me perdoné por las veces en que no había disfrutado la vida tal cual es.
Entonces corazón yo no dejé de amarte, yo no he cambiado yo sólo decidí que llegó el día en que necesitaba hacer algunos cambios.”
J.A
Tomado de la red
Él le dijo que había cambiado, que ya no era la misma...
Ella no contestó y siguió escuchando su monólogo...
Él siguió reclamándole...
Le dijo tantas cosas, que ella al principio quedó confundida y casi se siente culpable.
Sin embargo llegó su turno de hablar y habló.
“Yo sigo siendo la misma mujer de siempre, con los mismos sentimientos de amor, lealtad, fidelidad...
Sigo creyendo en el amor a la antigua.
Pero decidí variar algunas cosas y entre esas mi modo tonto de amar a quien no me merece.
Por eso llegó el día en que comencé a decir lo que sentía sin temor a la opinión ajena.
Llegó el día que comencé a vestirme diferente dándome cuenta qué aún soy joven.
Y que el simple hecho de haberme convertido en madre no me hace inferior al resto de las mujeres.
Llegó el día en que ya no tuve miedo de si te gustaba o no ni peinado porque ya tenía la opinión del espejo.
Llegó el día en que usé mi perfume favorito aunque este te pareciera muy dulce o escandaloso.
Llegó el día de comer lo que me gusta sin temor a que me me dijeras: cuidado vas a engordar y así no me vas a a gustar... porque llegó el día en que yo si me guste cuando me vi.
Llegó el día en que dejé de adorarte para comenzar a amarme.
Entonces llegó el día en que me perdoné por las veces en que no había disfrutado la vida tal cual es.
Entonces corazón yo no dejé de amarte, yo no he cambiado yo sólo decidí que llegó el día en que necesitaba hacer algunos cambios.”
J.A
Tomado de la red