Hace unos años, en una vieja librería en el centro de la ciudad, un joven llamado Alex encontró un libro antiguo que llamó su atención. Era una obra encuadernada en piel con letras doradas en la portada, que parecían susurrar su nombre. Sin pensarlo dos veces, decidió comprarlo y llevárselo a casa.

En cuanto lo abrió, se dio cuenta de que estaba ante algo especial. Las páginas estaban escritas a mano con una tinta rojiza que parecía sangre. Cada palabra parecía saltar de la página, como si quisiera salir del libro y cobrar vida.

Alex no podía dejar de leer. Cada vez que abría el libro, se sumergía en un mundo oscuro y tenebroso que lo atraía más y más. Las historias eran terroríficas, pero a la vez fascinantes.

Pero pronto, comenzaron a suceder cosas extrañas. Alex comenzó a tener pesadillas en las que veía a figuras oscuras moviéndose detrás de él. La sensación de que alguien lo estaba siguiendo comenzó a perseguirlo incluso cuando estaba despierto.

Una noche, mientras leía el libro, una mano fría y esquelética lo agarró del hombro. Alex saltó de su silla, temblando de miedo, pero no había nadie allí. Pero lo peor estaba por venir.

La noche siguiente, escuchó pasos detrás de él mientras caminaba por el pasillo hacia su habitación. Cuando se volvió, vio un par de ojos amarillos que lo miraban fijamente desde el libro. Alex se dio cuenta de que algo estaba mal, que el libro tenía vida propia.

El miedo lo inundó, y decidió deshacerse del libro. Pero cuando lo intentó, se dio cuenta de que no podía soltarlo. Parecía estar pegado a sus manos.

La última vez que se supo de Alex, había desaparecido sin dejar rastro. Pero algunos dicen que todavía se puede encontrar el libro en la misma librería, esperando a su próxima víctima.

Así que, si alguna vez te encuentras con un libro antiguo y misterioso, ten cuidado. Nunca se sabe lo que podría estar oculto entre sus páginas.