Primero que nada, quiero dejar claro un aspecto muy importante: En defensa de la osadía que demuestro para decir tal cosa relativa al dolor, que no parece ser muy oportuna, ya que no aporta ningún beneficio real para NADIE que se lo plantee... busco hablar más sobre la validez que podría tener este pequeño proverbio, que la mayoría de los que leerán esto probablemente lo conocen. No quiero sonar como un emo, tóxico y reprimido que plantea teorías al vacío solamente usando como "BASE" las experiencias personales, considero que es oportuno y pertinente que todos reflexionemos un poco ante esta teoría. Al igual que el inglés el dolor abre muchas puertas. - Ohhhh, Ida ¿cómo dices eso? Tranquilos, no hay que exacerbarse. La cosa funciona así: El dolor es el principal precursor de cualquier actividad compleja en la que fallamos, es la alarma de sufrimiento atroz que nos incita a retomar el camino, es ese estigma dentado que con colmillos filosos nos arrastra hacia la revancha y nos ayuda a volvernos diestros. Es aquella energía oscura de doble filo que ayuda tanto como perjudica si aprendemos a usarla con prudencia. Es la enarbolada victoria que representa no dirimir ninguna actividad difícil cueste lo que cueste y duela cuanto duela. Es la manera más integral que existe de demostrar nuestra resistencia ante la dificultad, es la forma involuntaria que usamos para demostrar fortalezas, es el indicador que mide cuán tenaces somos. Es y siempre será el muro blindado que podremos derribar con misiles emocionales. ¿Qué piensan al respecto?