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"El columpiar del Ángel"
A quien tenga tiempo.
Mariposa negra que en mis ojos
siempre te llegas a posar,
hoy miras de reojo
mi triste y melancólico caminar.
Alas negras que fueron mi libertad
jamás serán mías.
Sólo sé sufrir utopías al amar
y ahora amo la melancolía.
Trato de perseguir tus sombras,
encontrarte en todo lugar,
ser una más de tus obras,
ser tu placer al volar.
Quiero contarte mis lamentos
sin que parezcan,
sean o padezcan sentimientos
y por eso nada te cuento.
Olvido y alejo pero no hace función.
Ninguna maldita decisión
calma al estúpido corazón
que se halla como aberración.
Ya no quiero seguir,
cuando sólo sé sufrir,
tratando con el vivir
y puta te comienzo a decir.
Deseo que tu oscuridad llegue a padecer
una luz intermitente y querer
que alguien la anhele ver
pero él predique su desaparecer.
Calmo entonces
y el sueño apaga el cólera.
Escucho algunas voces
y me dices 《óyelas》.
Que no me conoces comprendo.
Seré pan para el prejuicio.
Hablar con mariposas intento.
Parezco joven de alucinógeno vicio.
No oiré a nadie.
Tal vez cierre mis oídos
y recuerde lo vivido
junto a la ilusión del cobarde.
Soy otro más en la ciudad,
otro más que se deprime,
otro más que sin nada vive,
soy pasto para la oscuridad.
Pasto negro ilusionado
que cuando la mariposa advirtió
ser de sentimientos cerrados
mucho más se enamoró.
Soy demasiado absurdo,
alguien que vive sin pensar,
alguien que no se sabe moderar,
soy poco en este mundo.
Dejo de hundirme
en mis vacíos pensamientos
y decido irme
a un lugar sin sufrimiento.
Olvídense de mí.
A la Muerte digan que sí.
Es algo que podemos compartir
y al final da igual vivir o morir.
Alejo mi vista de la piedra
con tecnológicas luces.
Me adentro en el jardín de la hiedra
esperando que nos hagamos cruces.
Tanta fidelidad me abruma
y me identifica muy poco.
Soy aquel loco
que no aúlla a la Luna.
Qué más da ahora eso
si no sé a dónde voy
ni lo que soy
o si nunca estuve ileso.
Creo que siempre lloré,
que quien nace llora
porque para Ángeles auroras
y entre Demonios se ve.
Sin dudas fue un demonio
quien humedeció la tierra bajo mis botas.
Terminé en el manicomio
siendo Ángel de alas rotas.
Aquí me drogan tanto
que no sé si en realidad existes
pero cada noche canto
a los besos que nunca diste.
En el sillón sentado,
al lado de una maceta,
frente al plato de galletas,
siento al volar pesado.
Cuando pasan los efectos
de mi regular medicación
la nostalgia vuélvese afecto
y la Muerte cantarme canción.
Hoy decidí ir al jardín
donde la hiedra vive.
A la vida le pondré fin
y espero que me olvides.
Allí, en la tabla que cuelga
bajo la bondad del cedro.
No creo que vuelva
de un destino tan negro.
Ahora colgaré también
y de negras mariposas me olvidaré.
Ellas también me olvidarán
e igual que siempre volarán.
Haré sombra mi cuerpo
y en jardines no pensaré.
Puerto para gusanos
y abono para el viejo cedro seré.
Autor: CHCGAR33
La imperfección que no corrijo.
A quien tenga tiempo.
Mariposa negra que en mis ojos
siempre te llegas a posar,
hoy miras de reojo
mi triste y melancólico caminar.
Alas negras que fueron mi libertad
jamás serán mías.
Sólo sé sufrir utopías al amar
y ahora amo la melancolía.
Trato de perseguir tus sombras,
encontrarte en todo lugar,
ser una más de tus obras,
ser tu placer al volar.
Quiero contarte mis lamentos
sin que parezcan,
sean o padezcan sentimientos
y por eso nada te cuento.
Olvido y alejo pero no hace función.
Ninguna maldita decisión
calma al estúpido corazón
que se halla como aberración.
Ya no quiero seguir,
cuando sólo sé sufrir,
tratando con el vivir
y puta te comienzo a decir.
Deseo que tu oscuridad llegue a padecer
una luz intermitente y querer
que alguien la anhele ver
pero él predique su desaparecer.
Calmo entonces
y el sueño apaga el cólera.
Escucho algunas voces
y me dices 《óyelas》.
Que no me conoces comprendo.
Seré pan para el prejuicio.
Hablar con mariposas intento.
Parezco joven de alucinógeno vicio.
No oiré a nadie.
Tal vez cierre mis oídos
y recuerde lo vivido
junto a la ilusión del cobarde.
Soy otro más en la ciudad,
otro más que se deprime,
otro más que sin nada vive,
soy pasto para la oscuridad.
Pasto negro ilusionado
que cuando la mariposa advirtió
ser de sentimientos cerrados
mucho más se enamoró.
Soy demasiado absurdo,
alguien que vive sin pensar,
alguien que no se sabe moderar,
soy poco en este mundo.
Dejo de hundirme
en mis vacíos pensamientos
y decido irme
a un lugar sin sufrimiento.
Olvídense de mí.
A la Muerte digan que sí.
Es algo que podemos compartir
y al final da igual vivir o morir.
Alejo mi vista de la piedra
con tecnológicas luces.
Me adentro en el jardín de la hiedra
esperando que nos hagamos cruces.
Tanta fidelidad me abruma
y me identifica muy poco.
Soy aquel loco
que no aúlla a la Luna.
Qué más da ahora eso
si no sé a dónde voy
ni lo que soy
o si nunca estuve ileso.
Creo que siempre lloré,
que quien nace llora
porque para Ángeles auroras
y entre Demonios se ve.
Sin dudas fue un demonio
quien humedeció la tierra bajo mis botas.
Terminé en el manicomio
siendo Ángel de alas rotas.
Aquí me drogan tanto
que no sé si en realidad existes
pero cada noche canto
a los besos que nunca diste.
En el sillón sentado,
al lado de una maceta,
frente al plato de galletas,
siento al volar pesado.
Cuando pasan los efectos
de mi regular medicación
la nostalgia vuélvese afecto
y la Muerte cantarme canción.
Hoy decidí ir al jardín
donde la hiedra vive.
A la vida le pondré fin
y espero que me olvides.
Allí, en la tabla que cuelga
bajo la bondad del cedro.
No creo que vuelva
de un destino tan negro.
Ahora colgaré también
y de negras mariposas me olvidaré.
Ellas también me olvidarán
e igual que siempre volarán.
Haré sombra mi cuerpo
y en jardines no pensaré.
Puerto para gusanos
y abono para el viejo cedro seré.
Autor: CHCGAR33
La imperfección que no corrijo.