Si tú por ejemplo fueras un camionero, yo asumo que tienes necesidades y aspiraciones de camionero, y te voy a retribuir según lo que eres. Puedes ser un camionero con ganas de unas vacaciones en Dubai, y creer que si trabajas duro puedas costeártelas algún día, pero el que se encargue de esa retribución te seguirá viendo como camionero, puede que uno esforzado, pero hasta ahí, por lo que de su mano no queda mejorar lo que eres (justo lo que hablábamos ayer de los jefes). Puedes sentirte inconforme, ver a alguien que esté por encima de ti en mejor posición, pero tù no has dejado de ser un camionero recibiendo trato de camionero. Ahora, imagina que eres un trabajador de alguna empresa, egresado de alguna universidad normal, un trabajador normal, no CEO ni esas cosas. Entonces te va a suceder lo mismo que al camionero, te verán como trabajador, y te devolverán lo que tu capacidad exige que se te devuelva, ni más ni menos. Y puede que el sueño del camionero de ir a Dubai no sea para ti tan remoto, pero igual cuando mires a tu alrededor, verás que probablemente alguien en mejor posición que la tuya si va a Dubai de vacaciones. Pero mira, puede que tengas hijos como el camionero, y tú, como trabajador universitario, si le puedas asegurar a tus hijos un futuro como trabajador universitario como el tuyo, mientras que al camionero le pueda costar más darle a los suyos uno diferente al de camionero. Y aquí viene la política de saltos. Porque puede que el camionero haga algo que lo asciende de ser un camionero, a ser un dueño de la tienda para la que trabajan los camioneros, o puede que el trabajador se desligue de su empresa y se cree la suya propia, y puede que a ambos les vaya bien, y eso significaría que ambos saltaron de situación. Eso significa que lo que eres no es obligatoriamente una posición estática, y es eso lo que te da esperanzas de llegar a ser algo más. Es por eso que el capitalismo funciona, porque todos son retribuidos según lo que hacen, pero a su vez tienen expectativa de avanzar y mejorar.