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Cómo muchos ya saben en nuestro país (y hablo de Cuba) desde hace unos años, y me atrevería a decir que desde antes de la covid-19, se ha venido presentando escasez con productos varios. De todos estos la que más a afectado es la escasez de harina. La harina de trigo o maíz, depende, es muy importante para la sociedad cubana, es necesaria a la hora de elaborar tanta variedad de alimentos básicos para nuestra cotidianeidad que, de perder por completo el acceso a esta, nuestra sociedad se iría a pique. De esto es de lo que quiero hablar el día de hoy.
Muchos, los que viven aquí y los que viven allá, ya se han enterado (si no lo han vivido en carne propia) que una de las decisiones del gobierno cubano ante su incapacidad para mantener suministrada a la población es quitar el pan perteneciente a sus libretas de abastecimiento para mayores de 13 años, debido a la escasez de harina para su elaboración. En algunos lugares lo sustituyen por frutas y en otros directamente no. En mi cabeza estas deciciones son un claro detonante social, sin embargo, a raíz de esto me he percatado de que no es una decisión tomada del todo a la ligera. Si bien hay muchos municipios del país que ya sufren por la carencia, hay otros en los que la situación es totalmente distinta. Esos que se consideran peligrosos o que por su historial es mejor mantener contentos. Lo mismo sucede con los apagones que para muchos son de 16 horas y para otros de 4 horas y a veces. Hasta donde sé, la Habana ha escapado de esta situación con la harina, al menos de momento. Pero mis preguntas son:
¿Cuales serían las implicaciones de esta decisión si se limita el pan en la Habana como mismo se ha limitado en muchas partes del país?
¿Cree ud. Que la normativa llegue a la capital o lo eviten lo más posible afectando aún más a las provincias?
Muchos, los que viven aquí y los que viven allá, ya se han enterado (si no lo han vivido en carne propia) que una de las decisiones del gobierno cubano ante su incapacidad para mantener suministrada a la población es quitar el pan perteneciente a sus libretas de abastecimiento para mayores de 13 años, debido a la escasez de harina para su elaboración. En algunos lugares lo sustituyen por frutas y en otros directamente no. En mi cabeza estas deciciones son un claro detonante social, sin embargo, a raíz de esto me he percatado de que no es una decisión tomada del todo a la ligera. Si bien hay muchos municipios del país que ya sufren por la carencia, hay otros en los que la situación es totalmente distinta. Esos que se consideran peligrosos o que por su historial es mejor mantener contentos. Lo mismo sucede con los apagones que para muchos son de 16 horas y para otros de 4 horas y a veces. Hasta donde sé, la Habana ha escapado de esta situación con la harina, al menos de momento. Pero mis preguntas son:
¿Cuales serían las implicaciones de esta decisión si se limita el pan en la Habana como mismo se ha limitado en muchas partes del país?
¿Cree ud. Que la normativa llegue a la capital o lo eviten lo más posible afectando aún más a las provincias?