Gigangel
Nivel 5
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Quizás muchos no lo sepan, pero la foto que les traigo a continuación explotó (literalmente) el cerebro de muchos antes de los 90 y aún hoy sigue dando de que hablar por la interrogante que dejó para las generaciones venideras:
Lo que están viendo es la escena final de El Planeta de los Simios de 1968. El resumen breve es un experimento en el que involucraron a cuatro astronautas. Viajando por el espacio a velocidad de la luz durante 18 meses se estrellan en un planeta "desconocido" en el año 3978, según datos de la nave. Este planeta se encuentra habitado por simios inteligentes y tienen esclavizados a los pocos humanos que quedan, los cuales son incapaces de razonar y de hablar (cabezas de chorlito) y son utilizados por los gorilas (hay razas de varios primates, incluyendo chimpancés y orangutanes) y son cazados como deporte o utilizados como experimento por los chimpancés. Sin embargo, los babuinos más viejos esconden un terrible secreto que tienen en común humanos y primates y el surgimiento de estos últimos como raza superior y dominante del planeta. Hasta el final de la película, el capitán de la nave Taylor, le pregunta al Doctor (primate) Zaius el porque de su odio a los hombres y su miedo antes de irse caminando por la playa: "No vaya por ese camino Taylor. Puede que no le guste lo que va a encontrar". El joven científico Cornelius le pregunta a Zaius cuando Taylor se va: ¿Que encontrará allí, doctor? Y este le responde como una sentencia: Su destino.
Lo que nos lleva a la imagen inicial, cuando Taylor por fin descubre que el planeta raro dónde estaba, dónde los simios eran la raza superior y los humanos eran unos idiotas, era la Tierra, destruida muchos años antes por los propios humanos.
Entonces, llegamos a nuestra era, una era casi gobernada por la inteligencia artificial y la tecnología. Por el camino que vamos es muy posible que ocurra algo parecido, y lo peor, es que no podemos hacer nada para revertirlo. Es el futuro, la evolución de tecnológica y la "involución humana". Dependemos de ellos para subsistir. Consciente o inconscientemente lo sabemos. Quizás alguien diga que estamos cavando nuestra propia tumba con las manos, pero en realidad es necesario. ¿O no?
Lo que están viendo es la escena final de El Planeta de los Simios de 1968. El resumen breve es un experimento en el que involucraron a cuatro astronautas. Viajando por el espacio a velocidad de la luz durante 18 meses se estrellan en un planeta "desconocido" en el año 3978, según datos de la nave. Este planeta se encuentra habitado por simios inteligentes y tienen esclavizados a los pocos humanos que quedan, los cuales son incapaces de razonar y de hablar (cabezas de chorlito) y son utilizados por los gorilas (hay razas de varios primates, incluyendo chimpancés y orangutanes) y son cazados como deporte o utilizados como experimento por los chimpancés. Sin embargo, los babuinos más viejos esconden un terrible secreto que tienen en común humanos y primates y el surgimiento de estos últimos como raza superior y dominante del planeta. Hasta el final de la película, el capitán de la nave Taylor, le pregunta al Doctor (primate) Zaius el porque de su odio a los hombres y su miedo antes de irse caminando por la playa: "No vaya por ese camino Taylor. Puede que no le guste lo que va a encontrar". El joven científico Cornelius le pregunta a Zaius cuando Taylor se va: ¿Que encontrará allí, doctor? Y este le responde como una sentencia: Su destino.
Lo que nos lleva a la imagen inicial, cuando Taylor por fin descubre que el planeta raro dónde estaba, dónde los simios eran la raza superior y los humanos eran unos idiotas, era la Tierra, destruida muchos años antes por los propios humanos.
Entonces, llegamos a nuestra era, una era casi gobernada por la inteligencia artificial y la tecnología. Por el camino que vamos es muy posible que ocurra algo parecido, y lo peor, es que no podemos hacer nada para revertirlo. Es el futuro, la evolución de tecnológica y la "involución humana". Dependemos de ellos para subsistir. Consciente o inconscientemente lo sabemos. Quizás alguien diga que estamos cavando nuestra propia tumba con las manos, pero en realidad es necesario. ¿O no?