- 5,974
- 13,576
Hace mucho tiempo mi alma yacía muda. Sola en lo solitario, vagando por los terrenos de este mundo sin piedad. Pero tú, con tu rosal, forzaste a mi alma detenerse, a observar, y contemplar tus raíces. Tanto tiempo hastiado, me dije; sin encontrar sentido alguno a esta rutina que me estaba matando, fatigando mi vida, inútilmente dejándola con hambruna. Ame lo que tenía, como si fuese lo único, y a veces pensaba que era lo que me hacía fuerte, inmune, inalcanzable. Pero gracias a ti, la noche llego, y la luna comenzó a cantarme, cerrando mis ojos, para mostrarme la verdad.
Mire con los ojos la estrella más grande, y mi corazón sombrío comenzó a buscarte. Así afligido, por los remotos castigos, decidí conquistar tu hermosura. Sin embargo, lo primero que ame de ti, fue tu cuerpo alegre, tu voz chillona y delgada, y esa sonrisa "nerviosilla" como si de temor se tratara. Me dispuse a escribir versos en la noche, y esperar que el viento en la mañana cesase, para que no me volase las páginas. Porque en ti veo el pecado que una vez sufrió Judas, y no pretendo buscar remedición alguna; pecado es amar de ti todo, y para ese pecado no hay remedio. Pues en mi corazón echaste raíces, y ha dado hermosos frutos. Si mis días han sido colmados, y decido descansar. Veo en ti la imagen del amor, que una vez repele por mí hostigas. Eres y serás, la tumba donde vive mi pasión.
Te deseo.
Te adoro.
Te idolatro.
Te necesito.
Mire con los ojos la estrella más grande, y mi corazón sombrío comenzó a buscarte. Así afligido, por los remotos castigos, decidí conquistar tu hermosura. Sin embargo, lo primero que ame de ti, fue tu cuerpo alegre, tu voz chillona y delgada, y esa sonrisa "nerviosilla" como si de temor se tratara. Me dispuse a escribir versos en la noche, y esperar que el viento en la mañana cesase, para que no me volase las páginas. Porque en ti veo el pecado que una vez sufrió Judas, y no pretendo buscar remedición alguna; pecado es amar de ti todo, y para ese pecado no hay remedio. Pues en mi corazón echaste raíces, y ha dado hermosos frutos. Si mis días han sido colmados, y decido descansar. Veo en ti la imagen del amor, que una vez repele por mí hostigas. Eres y serás, la tumba donde vive mi pasión.
Te deseo.
Te adoro.
Te idolatro.
Te necesito.