Por suerte solo pasé previa. Mi servicio fue como caso social. Pero igual nos cogió el conteo.
Creo que una de las cosas que nos marcaron en ese tiempo que estuvimos ahí, fue la primera vez que fuimos al campo de tiro.
A ver, antes de ese momento, vinieron días de psicoterapia colectiva y por parte de los oficiales que nos dirigían. Era necesario. Porque íbamos a tirar con AK-47 y con balas reales (no de salva) y en nuestro pelotón, a pesar de que existían personas responsables y serias, tambien estaban los bromistas que todo se lo tomaban a bonche. No vaya a ser que a un idiota, se le ocurriera ponerse a inventar gracias o manipular el fusil y se le fuera un tiro.
Aclarado lo anterior, voy a la anécdota.
A donde fuimos a tirar, ese día tambien andaba por ahí un batallón de otra unidad y algunos tanques de guerra, haciendo alguna que otra maniobra y tambien disparando a los blancos. Después que terminaron ellos, comenzamos a disparar nosotros. Cabe decir que cuando un tanque de esos disparó, a muchos se le aflojaron las patas y nos dejó con un pitido constante en el oído (el patrón de pruebas de la tv). Pero todo terminó.
Comenzamos a disparar acostados y el blanco creo que estaba a 30 metros (no recuerdo bien). El teniente, nos indicó poner el selector de cadencia del AK47 en Modo Tiro a Tiro y no en Ráfaga. Si se encasquillaba alguna bala, no manipular el fusil, dejarlo en el suelo y avisar al superior, disparar al blanco, dejar el fusil en el suelo luego de disparar todas las balas del cargador (30 en total) y retirarse.
Como era de esperarse, comenzaron a salir ¨los bobos de guardia¨. Alguien se equivocó y puso el fusil en modo ráfaga, asi que cuando disparó, se le fue casi el peine completo. Pasó tal susto que soltó el fusil. A su favor, el blanco lo partió al medio con ese rafagazo. Algo que no lograron muchos en el tiro a tiro.
El blanco tenía un cuadrado abierto en el medio (un hueco). Este era supuestamente el antibalas del enemigo. Por lo que había que hacer impacto en la cabeza, algunas partes del tronco y la cintura. Un despistado preguntaba si había que tirar al medio de este agujero.
A mí se me encasquilló una bala, pero dejé el fusil en el suelo y pedí ayuda al teniente. Este rastrilló y sacó la bala de la recamara y seguí disparando. Pero a otro, tambien se le encasquilló y levantó el fusil en dirección a nuestro grupo diciendo: Miren, no dispara.
No hay ser humano capaz de describir la cagazón que se armó en ese momento. Hubo varios tirados por el piso. Y todo el mundo queria estrangular al despistado.
Mas tarde. Ya cuando todo el mundo estaba durmiendo en el cuartel, el que estaba de guardia hizo historias interesantes por la mañana. Resulta que muchos tuvieron pesadillas esa noche por culpa del condenado campo de tiro. Les dio por hablar entre sueños:
Quien está ahí?
Quieto o disparo?
Donde va esta bala?
Mami yo no quiero ir a la guerra !!!
Médico!!! ¿Estoy herido? (Realmente este lo que se había meado en la cama del susto).
Y asi por el estilo.
Esta fue la primera experiencia con fusil AK-47 en la milicia.