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Una mujer, un destino, una botella de Wisky, un sabroso bartender, un grupo de amigas, una música resonando en la pista, varias personas bailando como si le hubiera dado una epilepsia. Pero, saben bien, que muchas mujeres comparten un lazo tremendo con muchas de sus amigas, y aunque se odien entre ellas, cuando el chico no le agrada a sus amigas. Pues ese chico, no encontrará la paz. Pero el alcohol afloja a muchas personas, incluso hasta el más serio ha hecho grandes papelazos cuando esta embragado. Pero aquí estamos para hablar de la mujer. Y saben como nos tomamos estos temas de lo más serios. Porque aquí venimos a consumir cosas de calidad, por eso se han registrado acá. No queremos ron de bodega, ni invento del park G 666. Aquí nos pondremos las pilas para embragar al consumidor con bueno texto, palabras de calidad, y un tema a la altura de una refrescante bebida. Esto es, cosas que hacen la mujeres cuando están ¡¡¡Tomadas!!!
Una conversación por excelencia. Un grupo, una pasada de tragos. Y una frase que te da a entender, que hasta el agua le va a caer mal. ¡¡¡Como las quiero chicas!!!!. Esas palabras, es cuando el alcohol sale a reducir un corto, honesto y entrecortado, las amo durísimo. Casi ni se puede sostener por si misma. De pronto esa conversación lleva un giro inesperado, a una historia de un pasado, cuando en la secundaria Juanito no la invito al baile de graduación. Y es cuando le entra unas ganas tremenda de contarle a las amigas sus futuras relaciones que no se dieron. Y ahí se unen todas a sollozar por chicos que las cambiaron por un consola, o por otra chica. De nuevo, ¡¡¡Las quiero chicas!!! Son lo mejor que me ha pasado. Ya nunca más, lo juro por DIOS!!! Y en ese momento ni recuerda cuando fue la última vez, que fue a misa. Porque no habrá fuerza o poder o sobrehumano que me haga volver con mi ex. Y así lo repite una y otra vez, eso por si a la primera no les quedo claro. Por supuesto, todas aplauden su decisión, su firmeza y lo celebran con otra con otra ronda porque por fin "entendió". Pero la mujer es un ser que por mucho que lo NIEGEN, nunca le gusta perder el estilo, y podrán perder la cabeza, pero jamar el estilo. Por eso, se revisan una a la otra cada cinco minutos, que no se le corra el delineador o que todavía tienes sus pestañas postizas, o sino le brilla la frente de tanto sudor. Sí, es una criatura muy atenta, en esa aspecto. Mientras que llegando la madrugada, y ya ninguna se pueden sostener por sus piernas. Es cuando empieza la ronda de casino, de confesiones, secretos, indiscreciones, otros temas morbosos, que salen con tal facilidad, que da hasta miedo. ¡Dame acá ese teléfono, le voy a marcar, lo amor! Comienza el forcejeo, las lágrimas, amiga el no vale nada, somo libres, y la amiga feminista que que la golpea para que se respete. Pero esa era la idea NO LLAMARLE. Misión cumplida. Mientras en ríos de lágrimas, salen frases como, seguro que moriré sola, yo no nací para amor, nadie me quiere. El drama en su punto más alto, ahí en el pico del monte Everest. Menos mal que lo de nosotros es la borrachera, porque esas cosas no nos tomamos como opcional. Quien no quiere llorar porque el salario no le alcanza para comprar dos libras de arroz, pero nos aguantamos por dentro. Y tomamos como si de un concurso de tratase. La convivencia con un grupo se convierte en una competencia, para ver quien aguanta más. Y en eso el machiruli no pierde los estribos. Aunque luego nos miremos con cara de idiotas como si fueran chico y chica. A ligado!!!!. Y todos los ojos se corren para esa amiga, que ligo un guapo, que ¡¡¡¡Obvio!!! el radar del hombre nunca falla, saben cuando esta indefensa, y cualquier pregunta puede terminar en cualquier tipo de situación. Pero al final siempre, como acto de magia terminan solas y todas unidas. Porque siempre voy a estar contigo, te adoro, todo un clásico que no puede falta en cualquier borrachera. Para concluir con un "Como te quiero, ya bien al final de la fiesta, en situaciones embarazosas. Y para culminar, y alentar y motivarla con la cantidad alta de tragos que tiene por dentro, frases como: No dejes de brillar, eres única, eres especial, tu merece lo mejor. Hace concluir la noche.
Y si señores. El alcohol las afloja, y les deja el camino libre para hacerlas expresar como le dan la gana. Y entre alegría y todas las risas, nunca puede llegar a falta la diversión. ¡Ah! pero no le digan después de eso, que la fiesta no a terminado, pueden que se convenzan, pero muy, muy rápido para terminar la embriaguez en casa de alguna de su amiga. En fin, esto es todo por ahora. Esperamos que hayan podido llegar al final de este traumático camino, que preferiblemente, los hombres, hacen otro tipo de estupideces. Pero ya eso, para otro tema.
Una conversación por excelencia. Un grupo, una pasada de tragos. Y una frase que te da a entender, que hasta el agua le va a caer mal. ¡¡¡Como las quiero chicas!!!!. Esas palabras, es cuando el alcohol sale a reducir un corto, honesto y entrecortado, las amo durísimo. Casi ni se puede sostener por si misma. De pronto esa conversación lleva un giro inesperado, a una historia de un pasado, cuando en la secundaria Juanito no la invito al baile de graduación. Y es cuando le entra unas ganas tremenda de contarle a las amigas sus futuras relaciones que no se dieron. Y ahí se unen todas a sollozar por chicos que las cambiaron por un consola, o por otra chica. De nuevo, ¡¡¡Las quiero chicas!!! Son lo mejor que me ha pasado. Ya nunca más, lo juro por DIOS!!! Y en ese momento ni recuerda cuando fue la última vez, que fue a misa. Porque no habrá fuerza o poder o sobrehumano que me haga volver con mi ex. Y así lo repite una y otra vez, eso por si a la primera no les quedo claro. Por supuesto, todas aplauden su decisión, su firmeza y lo celebran con otra con otra ronda porque por fin "entendió". Pero la mujer es un ser que por mucho que lo NIEGEN, nunca le gusta perder el estilo, y podrán perder la cabeza, pero jamar el estilo. Por eso, se revisan una a la otra cada cinco minutos, que no se le corra el delineador o que todavía tienes sus pestañas postizas, o sino le brilla la frente de tanto sudor. Sí, es una criatura muy atenta, en esa aspecto. Mientras que llegando la madrugada, y ya ninguna se pueden sostener por sus piernas. Es cuando empieza la ronda de casino, de confesiones, secretos, indiscreciones, otros temas morbosos, que salen con tal facilidad, que da hasta miedo. ¡Dame acá ese teléfono, le voy a marcar, lo amor! Comienza el forcejeo, las lágrimas, amiga el no vale nada, somo libres, y la amiga feminista que que la golpea para que se respete. Pero esa era la idea NO LLAMARLE. Misión cumplida. Mientras en ríos de lágrimas, salen frases como, seguro que moriré sola, yo no nací para amor, nadie me quiere. El drama en su punto más alto, ahí en el pico del monte Everest. Menos mal que lo de nosotros es la borrachera, porque esas cosas no nos tomamos como opcional. Quien no quiere llorar porque el salario no le alcanza para comprar dos libras de arroz, pero nos aguantamos por dentro. Y tomamos como si de un concurso de tratase. La convivencia con un grupo se convierte en una competencia, para ver quien aguanta más. Y en eso el machiruli no pierde los estribos. Aunque luego nos miremos con cara de idiotas como si fueran chico y chica. A ligado!!!!. Y todos los ojos se corren para esa amiga, que ligo un guapo, que ¡¡¡¡Obvio!!! el radar del hombre nunca falla, saben cuando esta indefensa, y cualquier pregunta puede terminar en cualquier tipo de situación. Pero al final siempre, como acto de magia terminan solas y todas unidas. Porque siempre voy a estar contigo, te adoro, todo un clásico que no puede falta en cualquier borrachera. Para concluir con un "Como te quiero, ya bien al final de la fiesta, en situaciones embarazosas. Y para culminar, y alentar y motivarla con la cantidad alta de tragos que tiene por dentro, frases como: No dejes de brillar, eres única, eres especial, tu merece lo mejor. Hace concluir la noche.
Y si señores. El alcohol las afloja, y les deja el camino libre para hacerlas expresar como le dan la gana. Y entre alegría y todas las risas, nunca puede llegar a falta la diversión. ¡Ah! pero no le digan después de eso, que la fiesta no a terminado, pueden que se convenzan, pero muy, muy rápido para terminar la embriaguez en casa de alguna de su amiga. En fin, esto es todo por ahora. Esperamos que hayan podido llegar al final de este traumático camino, que preferiblemente, los hombres, hacen otro tipo de estupideces. Pero ya eso, para otro tema.
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