Te cuento por qué existe varías razones por la cual nos traicionamos nosotros mismo. Por miedo a quedarnos solos, falta de aceptación, reconocimientos de otros, miedo a la opinión ajena, falta de cariño propio, por hacer el ridículo, y otras consecuencias emocionales que encierra uno propio. Dijo Aristóteles "Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo" Pues es así, no existe victoria más confortable que vencer vuestro propios demonios, aterrorizar a ese hipo de miedo que nubla su propia vista, con un susto aterrador a nuestros propios demonios; pero hay mucho que no comprende eso, y se crean una jaula en su propia cabeza, y es cuando comienza la guerra constante de matar o traicionar su propio nombre, su propio ser.