En la mascarada diaria de payasos tristes,
Héroes locos y malos sabios, Portadores
de esclavos, idiotas todos vestidos con trajes de plomo pintados.

Con máscaras que ocultan rostros difusos, O, en desiertos salvajes donde flores sin nombre nacen.

Ninguna dirección conduce a las horas repentinas.

Donde la forma entera del círculo monstruoso de la vida se siente caer en lluvias invisibles

Aterriza en el regazo de mi mente como una piel púrpura de uroboros, derramada alrededor del amanecer por la quieta centrífuga universal

Hasta que entiendo, y desaparece.

Date un nombre, sexo, ahora corre adelante
Y coloca el cuello rígido de ese pequeño peón a rey en la casilla

Línea de la pequeña luna de cualquier guillotina

Porque todos, tanto los vivos como los muertos,
Se mueren por volar desde el capullo oscuro de tu cosmos a nuestro hogar de hogares.

Planifica sin plan, para encontrarte pronto contigo mismo

En una costa sin orillas donde el océano hace espuma;
Burbujas dulces como la saliva de la flauta de Krishna, O sobre llanuras primordiales donde vaga sólo el suspiro del amor que lleva el aroma del fruto del paraíso, o en cualquier otro lugar:

"Donde Tú quieras porque hasta aquí no hay ruta."

Caminando por la calle hoy, nunca
veo a nadie, nada en ninguna parte,
hasta que Uno mucho más circunspecto
aparece justo en medio de una oración , en silencio, esculpiendo el viento salvaje.

En ondas de vista y sombras de cabello

Más oscuro que la oscuridad y más claro que la luz.